Desde el miércoles, las escuelas públicas de El Salvador han implementado un control riguroso en el ingreso de los estudiantes, bajo la dirección de la nueva ministra de Educación, la capitana y doctora Karla Trigueros. Estas medidas buscan promover el orden y la disciplina en las instituciones educativas del país.
Medidas adoptadas:
- Supervisión del uniforme, asegurando que esté limpio y en buen estado.
- Verificación del corte de cabello y presentación personal adecuada.
- Exigencia de saludos respetuosos por parte de los estudiantes.
Estas acciones forman parte de una iniciativa para fortalecer la disciplina escolar, y los directores y maestros están en la obligación de supervisar y hacer cumplir estas disposiciones. Según el memorándum oficial, el incumplimiento será considerado una falta grave de responsabilidad administrativa, con las acciones correspondientes.
Reacciones:
- La directora del Instituto Nacional General Francisco Menéndez, Vicky de Alvarado, calificó las medidas como “muy buenas” y afirmó que en su institución ya se aplican medidas disciplinarias similares, solicitando el apoyo de padres y madres para mantener la buena presentación de los estudiantes.
- En el Instituto Inframen, con aproximadamente 2,700 alumnos, se observó un control estricto, con maestros verificando cortes de cabello y uniformes, llamando la atención a quienes no cumplían con los requisitos.
Contexto y declaraciones oficiales:
- La ministra Trigueros, quien ingresó a su cargo tras ser nombrada por el presidente Nayib Bukele el 15 de agosto, ha recorrido varias escuelas para verificar el cumplimiento de las nuevas medidas.
- La Presidencia de El Salvador afirmó que estas acciones buscan fomentar el civismo y el patriotismo, formando ciudadanos respetuosos y conscientes, más allá de lo académico.
Reacciones críticas:
- El Frente Magisterial Salvadoreño expresó su preocupación, considerando que la designación de una ministra con perfil militar representa un golpe contra la educación pública, acusando que estas medidas podrían profundizar su deterioro y favorecer su privatización, poniendo en riesgo a los estudiantes en las instituciones públicas.
Estas medidas, que generan opiniones divididas, marcan un cambio en la política educativa del país, con un enfoque en la disciplina y el orden en las escuelas públicas.