Por: José Francisco Castillo Madrigal
Generalmente, cuando de drogas se trata tenemos la idea de que México es un país que, por su ubicación privilegiada, se ha convertido en territorio de paso, en un principio, y posteriormente de producción de estupefacientes, dada la vecindad con el principal consumidor. Pero lo cierto es que no solo se produce para vender en Estados Unidos, sino que también para su consumo.
Y el consumo de drogas entre los jóvenes mexicanos es un tema que ha cobrado relevancia en los últimos años, especialmente con el aumento del consumo de marihuana. Este fenómeno no solo afecta la salud física y mental de los adolescentes, sino que también tiene repercusiones significativas en su desarrollo académico y social.
Según datos del Informe sobre la Situación del Consumo de Drogas en México, el consumo de marihuana entre los jóvenes ha aumentado considerablemente. Durante la pandemia, el consumo de marihuana en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años aumentó 17%. Este incremento es alarmante, ya que la marihuana es una droga que puede tener efectos negativos a largo plazo en el cerebro, mismo que en la adolescencia aún se encuentra en desarrollo.
No es, como se trata de hacer creer, una droga blanda. No se trata de algo bueno por más que se trate de un producto natural. Que sea menos dañina que otras drogas, principalmente químicas, no significa que sea algo que podamos ver con naturalidad.
El consumo de marihuana en la adolescencia puede afectar los procesos cognitivos y la capacidad de tomar decisiones. Según un estudio de la UNAM, el consumo de marihuana desde una edad temprana puede impedir que el cerebro alcance su madurez completa, lo que resulta en dificultades para tomar decisiones y problemas de memoria. Además, el consumo prolongado de marihuana puede llevar a la adicción y a problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
El impacto negativo del consumo de marihuana no se limita a la salud mental. También afecta el rendimiento académico de los jóvenes. Los adolescentes que consumen marihuana regularmente tienen más probabilidades de obtener calificaciones bajas y de abandonar la escuela. Esto no solo limita sus oportunidades educativas, sino que también reduce sus posibilidades de éxito en el futuro.
En conclusión, el aumento del consumo de marihuana entre los jóvenes mexicanos es un problema grave que requiere atención urgente. Es fundamental implementar políticas de prevención y educación que informen a los adolescentes sobre los riesgos asociados con el consumo de drogas. Solo a través de un enfoque integral y basado en datos podemos proteger el futuro de nuestros jóvenes y garantizar su bienestar.