Mustafá Koçak, preso político turco y miembro de una banda de música de protesta falleció hoy tras 297 días en huelga de hambre, exigiendo recibir un juicio justo por los crímenes de los que era acusado.
“¿Qué nos hacen estos dolores, estos tormentos? Nuestro honor permanece para nosotros”, dijo poco antes de morir, según informó Grup Yorum, su agrupación musical.
El día anterior a su deceso, su familia intentó hablar por teléfono los 10 minutos que tienen permitidos, dos veces a la semana. Sin embargo, Koçak ya se encontraba muy debilitado, pesaba 29 kilos, y no pudo hablar con su familia por última vez.
«Mustafa Koçak murió en el día 297 de su huelga de hambre. Exigía un juicio justo y caminó hacia la muerte a través de su resistencia», anunció hoy en un tuit su despacho de abogados.
Durante su estancia en la cárcel de la ciudad de Sakran, Mustafá Koçak fue víctima de torturas constantes, según denunciaron diversas organizaciones.
«Secuestraron a Mustafá de la prisión donde se encontraba y lo esposaron a la cama por la garganta y los brazos. Le pusieron un tubo intravenoso en los brazos 73 veces, reventando las venas. Como si esto no fuera suficiente, lo violaron con una porra.
Toda esta tortura y depravación fue cometida por la policía fascista del AKP, el fiscal, el director de la prisión, los guardias y los médicos de Mengele, que pisotearon el honor de su profesión», señala otra declaración del Antiimperialist Cephe, frente al que Grup Yorum pertenece.
La principal exigencia de Mustafá Koçak era recibir un juicio justo, pues fue condenado a cadena perpetua y 47 años extra, con base en declaraciones de un informante que únicamente señaló: “Me parece que escuché”, denunció Grup Yorum.
El joven, de 28 años, era acusado de haber proporcionado el arma con la que otra organización, el Partido-Frente de Liberación del Pueblo (DHKP-C, por sus siglas en turco), asesinó a un fiscal en 2015.
El fiscal había sido secuestrado como exigencia para que Ankara revelara quiénes habían sido los culpables del asesinato en 2014 de Berkin Elvan, un joven de 15 años que salió a comprar comida antes de que un proyectil de gas lacrimógeno le impactara en el cráneo y le tuviese 269 días en coma antes de morir.
Luego de la muerte de Elvan, se desataron intensas movilizaciones en Turquía exigiendo justicia para el joven y, en ese contexto, el DHKP-C decidió secuestrar al fiscal.
Koçak, sentenciado en 2017, decidió iniciar en 2019 una huelga de hambre junto con su compañera, también de Grup Yorum, Helin Bölek, que, fuera de prisión, exigía la libertad de todos los presos y la eliminación de Grup Yorum de las listas de terrorismo que el Estado turco y la Unión Europea tienen.
Bölek murió producto de la huelga de hambre el 3 de abril, luego de mantenerla por 288 días.
