El Tecnológico de Monterrey anunció el inicio de una nueva etapa en el proyecto OriGen, una iniciativa científica que busca transformar el sistema de salud mexicano mediante el análisis genético de su población. Tras integrar los datos de 100 mil personas, el estudio entra en fase de secuenciación con miras a impulsar la medicina de precisión en el país.
OriGen se perfila como uno de los proyectos más ambiciosos en la historia científica nacional. Su objetivo principal es identificar variantes genéticas específicas de la población mexicana que permitan diseñar tratamientos médicos más efectivos y personalizados, alejándose de los modelos basados en promedios internacionales.
La secuenciación de los genomas será realizada por la empresa estadounidense Regeneron, en colaboración con el Tec de Monterrey. Según el director del proyecto, Pablo Kuri, el convenio garantiza que la información genética permanezca bajo resguardo nacional, aunque el procesamiento se realice en el extranjero.
Además de la alianza con Regeneron, OriGen ha establecido vínculos con instituciones como el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), la Universidad de Texas en Austin y el Instituto Pasteur de Francia. Estas colaboraciones permitirán comparar la diversidad genética mexicana con otras poblaciones, ampliando el potencial de descubrimiento científico.
Entre los principales campos de investigación destacan enfermedades crónicas como obesidad, diabetes y síndrome metabólico, así como trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad. El cruce de datos genéticos con información clínica y social permitirá desarrollar modelos predictivos y terapias más eficaces, en lo que se conoce como farmacogenómica.
Además del beneficio individual, OriGen podría influir en el diseño de políticas públicas más precisas, al identificar grupos de riesgo y orientar estrategias preventivas. El manejo ético de la información es otro eje central del proyecto: se ha establecido un periodo de exclusividad para investigadores mexicanos, seguido de una apertura gradual a equipos internacionales, bajo estándares de protección similares a los del Biobanco del Reino Unido.
La secuenciación genética concluirá en los próximos siete u ocho meses. Los investigadores confían en que los resultados marcarán un punto de inflexión en la medicina mexicana, al permitir decisiones clínicas basadas en el perfil genético de cada paciente.