México se convirtió oficialmente en uno de los diez países con mayor deforestación a nivel global, según datos del estudio conjunto de la Universidad de Maryland y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI). La plataforma Global Forest Watch reportó que el país perdió 330 mil 821 hectáreas de cobertura arbórea durante el año pasado, un incremento del 45 por ciento respecto a 2023.
El aumento en la destrucción de bosques en México ha sido impulsado principalmente por incendios forestales. Fernando Catalán, coordinador de Monitoreo Forestal de WRI México, explicó que estos eventos representan la principal causa de devastación tanto a nivel nacional como internacional en 2024. Quintana Roo y Campeche destacan como las entidades más afectadas por estos fenómenos.
El año pasado, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) registró un récord sin precedentes de ocho mil dos incendios forestales, que afectaron aproximadamente un millón 672 mil 215 hectáreas. Esta cifra refleja una tendencia alarmante que evidencia la vulnerabilidad de los ecosistemas mexicanos ante el incremento de eventos extremos relacionados con el clima.
A ello se suma el calentamiento acelerado del país. Investigaciones recientes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) revelan que México se calienta a una tasa de 3.2 grados Celsius, por encima del promedio global de 2 grados. Este incremento en las temperaturas favorece condiciones más propensas a incendios y dificulta la recuperación de los bosques afectados.
El recorte presupuestal en programas forestales también agrava la situación. Entre 2019 y 2024, el presupuesto de la Conafor se redujo en un 25.09 por ciento en términos reales, limitando las acciones preventivas y de combate contra incendios. Expertos como Catalán enfatizan la necesidad de fortalecer las estrategias y dotar a las cuadrillas con los recursos adecuados para hacer frente a la problemática.
A nivel global, 2024 fue un año récord en pérdida de bosques, con un impacto que liberó 4.1 gigatoneladas de gases de efecto invernadero, equivalente a más de cuatro veces las emisiones de dióxido de carbono de todos los vuelos comerciales en 2023. La destrucción de bosques tropicales primarios alcanzó casi 6.7 millones de hectáreas, aproximadamente del tamaño de Panamá, y los incendios ahora representan casi la mitad de esa pérdida, un cambio en las tendencias históricas.
Elizabeth Goldman, codirectora de Global Forest Watch, señaló que este nivel de destrucción no se había visto en más de 20 años y representa una “alerta roja” para el planeta. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que 2024 fue el año más caluroso en 175 años, condiciones extremas que han intensificado los incendios y dificultado su control.
Expertos advierten que, si bien los bosques tienen cierta capacidad de recuperación, las presiones del cambio climático y la pérdida de suelo dificultan su resiliencia. La situación requiere de una acción coordinada y decidida a nivel mundial, nacional y local para frenar esta tendencia y proteger los ecosistemas vitales para la salud del planeta.