La presencia de la selección de México por decimotercera vez en las semifinales de la Copa Oro, y la octava como defensor del título, no es ninguna novedad en la decimosexta edición del torneo más importante de la Concacaf ni tampoco que tenga de rival a la de Canadá, de la que siempre ha sido su verdugo.
Ambas selecciones han llegado a la lucha por un puesto en la gran final con notas positivas que mostraron durante la competición de la fase de grupos y en sus respectivos de cuartos de final en las que superaron a las selecciones centroamericanas de Honduras y Costa Rica, respectivamente.