Las investigaciones en torno a la muerte de un niño, identificado como Kevin Esaú, de 12 años en Ramos Arizpe, Coahuila, han tomado un nuevo giro. Aunque en un inicio se manejó la posibilidad de que el menor falleció a causa de una intoxicación por el consumo de mariscos, una nueva teoría apunta a que pudo ser víctima de infanticidio.
Fuentes de la Fiscalía General del Estado señalaron que, tras la necropsia practicada al cuerpo del menor, se encontró un coágulo en el cerebro que habría provocado el derrame que terminó con su vida, el cual podría haber sido generado por un golpe en la cabeza.
Ante estos hallazgos, se investiga la posible responsabilidad del padrastro del menor, quien presuntamente podría haberle causado la lesión.
No obstante, los peritos también consideran otra hipótesis: que la presión generada por los vómitos tras la ingesta de mariscos pudo haber desencadenado la formación del coágulo.
Para esclarecer la causa del fallecimiento, el Servicio Médico Forense envió el cerebro del menor a un estudio especializado, cuyos resultados podrían tardar una semana en llegar.
Según el relato de la madre, el pasado domingo, ella y su hijo acudieron al mercado de Saltillo a comer mariscos, pero una hora y media después, ya en su hogar, Kevin comenzó a presentar síntomas de malestar, vómito y dolores estomacales.
Preocupada por el estado de salud de su hijo, la madre solicitó la intervención del personal de bomberos de la localidad, quienes tras una rápida revisión, determinaron que los síntomas eran producto de una crisis nerviosa y descartaron el traslado a un centro médico.
Sin embargo, alrededor de las 5:30 horas del siguiente día, la mamá descubrió que su hijo ya no presentaba signos vitales.
Con información de Vanguardia.
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