Este miércoles, el gobernador del Estado convocó a los partidos políticos a la firma de un Acuerdo de Civilidad Político Electoral. Al respecto, Movimiento Ciudadano declara lo siguiente:
1.- Movimiento Ciudadano no puede asistir a lo que a todas luces es un acto de simulación con objetivos políticos, mediáticos y electorales.
2.- Movimiento Ciudadano no firmará un acuerdo diseñado por el Gobierno del Estado y el PRI para lavarse las manos y la cara frente al proceso electoral.
3.- La convocatoria que hace el Gobierno del Estado no está respaldada por sus prácticas cotidianas. Desde el inicio de la administración de Jorge Aristóteles Sandoval, un día sí y otro también, funcionarios del gobierno del estado han aprovechado sus cargos con objetivos electorales y de partido.
4.- El proceso electoral 2015 es el mejor ejemplo del nulo compromiso del gobernador con unas elecciones limpias y democráticas. La guerra sucia, la difamación y la divulgación de mentiras por medios electrónicos e impresos fueron orquestadas desde las oficinas del equipo cercano del gobernador.
5.- La administración de Jorge Aristóteles Sandoval se ha caracterizado por tener funcionarios capaces de politizar cualquier tema con intenciones electorales. El mejor ejemplo lo podemos encontrar con el tema de la seguridad y el uso que le dio Eduardo Almaguer desde su posición como fiscal del Estado, ahora candidato a la presidencia municipal de Guadalajara.
6.- La puesta en escena de un acuerdo y la simulación de neutralidad por parte del Gobierno del Estado no le garantiza a Movimiento Ciudadano ni a la ciudadanía que el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval deje de comportarse como el jefe máximo del PRI.
7.- Invitamos a todas las fuerzas políticas a hacer de este, un ejercicio democrático ejemplar y a no caer en la tentación de la guerra sucia, las mentiras, la difamación y la violencia.
8.- Movimiento Ciudadano ratifica su compromiso de respetar las instituciones y las reglas de la competencia durante el proceso electoral. Para nosotros, este será un ejercicio democrático austero, en el que imperen el diálogo, la propuesta y el respeto a los ciudadanos y por supuesto a nuestros adversarios.
