Beijing, China – El panorama matrimonial en China se oscurece aún más, tras la drástica caída en el número de matrimonios registrados durante 2024. Según el último informe del Ministerio de Asuntos Civiles, el país registró apenas 6,1 millones de matrimonios, la cifra más baja desde que se iniciaron los registros en 1980. Este descenso, que se produce después de un ligero repunte en 2023, refleja una tendencia preocupante que pone de manifiesto los profundos cambios sociales y económicos que enfrenta la nación.
En 2023, China había contabilizado 7,68 millones de matrimonios, un aumento respecto a los 6,83 millones de 2022. Sin embargo, los expertos sugieren que este repunte podría haber sido un efecto temporal tras las restricciones y la reducción de interacciones sociales impuestas por la pandemia de COVID-19, lo que llevó a muchas parejas a postergar sus decisiones hasta que las circunstancias mejoraran.
Las razones detrás de esta tendencia a la baja son diversas y complejas. Un factor clave es la disminución de la población joven, acentuada por un desequilibrio de género que favorece a los hombres. Además, el aplazamiento de la edad del primer matrimonio, junto con los elevados costos asociados al matrimonio y las cambiantes actitudes hacia el mismo, están afectando la decisión de muchas parejas de formalizar su unión.
El impacto de estos cambios se ve reflejado no solo en el ámbito matrimonial, sino también en la demografía del país. China ha experimentado un descenso de su población en los últimos tres años, una situación que no se había visto desde 1961, durante la crisis provocada por la política del Gran Salto Adelante. Este descenso ha llevado al Partido Comunista Chino a reconocer la necesidad de implementar políticas que fomenten la natalidad, a la vez que se busca reducir los costos asociados al embarazo, el parto, la educación y la crianza de los hijos.
Con el futuro del matrimonio en China en la cuerda floja, las autoridades y los sociólogos se enfrentan al desafío de revertir esta tendencia y encontrar soluciones que incentiven la formación de nuevas familias en un contexto donde las dinámicas sociales están en constante evolución.
La caída en el número de matrimonios no solo es un indicador de la transformación cultural en China, sino que también plantea serias preocupaciones sobre las implicaciones futuras para la estructura familiar y la estabilidad demográfica del país.
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