La búsqueda de desaparecidos en México llegó al fondo del mar de Cortés, patrimonio natural de la humanidad, donde buzos de la Marina y madres de Sonora que han perdido a sus hijos se sumergen para encontrar cientos de cuerpos que sicarios han arrojado al océano.
Los rastreos ocurren en los puertos de Empalme y Guaymas, uno de los más importantes del Pacífico mexicano, donde el colectivo Guerreras Buscadoras, conformado por madres, hijas, abuelas, suegras y cónyuges de las víctimas, tienen una lista de más de 500 desaparecidos gracias a pistas de los propios sicarios.
«Nuestras playas las cuidamos y son algo muy bonito, como para que esté pasando esto, estamos consternados como colectivos y como familiares de los desaparecidos, el motivo no lo entendemos ¿Por qué los están arrojando al mar?», expresó a Efe la lideresa de las Guerreras Buscadoras, Sinthya Maritza Gutiérrez Medina.
«Hacemos el llamado que nos los dejen en un lugar donde podamos encontrarlos porque nada más en contenedores los han arrojado, también los han dejado expuestos en la orilla de la playa o el mar los ha jalado (arrastrado) a la orilla y así encontramos a las personas», añadió.