Con el inicio del nuevo año académico en Afganistán, la administración escolar de Kabul ha comenzado a implementar un nuevo código de vestimenta obligatorio que refleja las preferencias del régimen talibán. Desde que los talibanes tomaron el control del país en agosto de 2021, han impuesto una interpretación rigurosa de la ley islámica, que ahora se extiende a la vestimenta de los estudiantes varones.
Los alumnos de secundaria han sido instruidos para que asistan a clase vestidos con ‘shalwar kameez’ —un atuendo tradicional que consiste en pantalones anchos y una camisa larga— y un turbante. Esta normativa ha sido confirmada por varios testigos y medios locales, aunque el Ministerio de Educación talibán aún no ha emitido un comunicado oficial al respecto. «El director nos dijo que usemos un ‘shalwar kameez’ blanco y un turbante para asistir a la escuela», comentó Ahmad Ramin, un estudiante de secundaria.
La implementación del código de vestimenta varía según el grado escolar. Los estudiantes de décimo grado deben vestir de blanco, mientras que los de grados inferiores usan ropa azul y deben cubrirse la cabeza. Aunque no todos los estudiantes cumplen con la normativa de inmediato, se han recibido instrucciones claras de que es necesario adaptarse para poder asistir a clases.
El ‘shalwar kameez’ y el turbante son prendas tradicionalmente asociadas con hombres adultos, especialmente en zonas rurales de Afganistán, y su uso por parte de los estudiantes subraya la creciente influencia conservadora de los talibanes en la vida cotidiana. Esta imposición ha generado inquietud entre padres y alumnos, quienes ven en ella una restricción adicional a las libertades personales en el país, un tema que ya plantea serias preocupaciones desde la llegada al poder del régimen talibán.
A diferencia de la política de uniformes del gobierno anterior, que permitía una mayor flexibilidad y consideración de las costumbres locales, el nuevo código de vestimenta representa un cambio drástico. El exviceministro de Educación, Ghulam Jelani Hamayoun, explicó que la anterior regulación contemplaba dos tipos de uniformes: uno más formal para las zonas urbanas y otro más tradicional para las rurales, adaptándose a las diversas culturas del país.
En el contexto de las restricciones impuestas por los talibanes, la educación de las niñas se ha visto severamente limitada, permitiendo solo hasta el nivel de sexto grado. A diferencia de las regulaciones previas que aceptaban diferentes tipos de uniformes para las estudiantes, la nueva normativa refuerza la visión restrictiva del régimen sobre los roles de género en la sociedad afgana.
La misión de asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha reportado recientemente casos de detenciones arbitrarias relacionadas con la aplicación de la ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, lo que resalta la creciente vigilancia en torno a la apariencia y el comportamiento de los ciudadanos afganos. Las medidas drásticas implementadas por los talibanes afectan casi todos los aspectos de la vida en el país, especialmente en lo que respecta a las mujeres y las niñas.
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