Cuando faltan menos de tres semanas para que concluya la insípida LXI legislatura del Congreso del Estado de Jalisco, ya perdimos la cuenta de la cantidad de diputados que ostentaron ese, hasta hace tiempo, honroso cargo. Cualquier cantidad de hombres y mujeres han desfilado por las curules del pleno de ese recinto legislativo en este trienio. Pero sin importar el número, lo cuestionable es lo que dejaron de hacer. Difícilmente podremos enlistar cinco leyes o decretos de gran calado. Y por el contrario, es larga la relación que alcanzaríamos a integrar con la serie de pendientes que heredarán a la LXII Legislatura que entrará en funciones el 1 de noviembre próximo.
Cada vez que inicia una legislatura los partidos políticos presentan sus respectivas agendas plagadas de buenas intenciones, de promesas; algunas viables y otras que saben imposibles de concretar pero como dicen por ahí “prometer no empobrece”, así que lo mismo da si son realizables o no, lo importante es que logren atraer la atención de los medios de comunicación y luego ya se verá o se olvidarán en el camino.
Con esa misma buena disposición arriban los legisladores; pero en el trayecto los objetivos van cambiando y si al principio los propósitos son hacer leyes y propuestas para mejorar el entorno de los jaliscienses, conforme se acercan los tiempos para siguientes elecciones todo se transforma y las aspiraciones cambian y la meta ya es otra.
Diputados de todos los partidos ingresaron licencias para irse a la contienda electoral en busca de presidencias municipales, diputaciones federales, senadurías, e incluso la reelección. A partir de esa desbandada llegaron no menos de 20 nuevos diputados en calidad de suplentes; una vez concluido el proceso retornaron los titulares pero de nuevo se han tenido que retirar de manera definitiva los que ganaron alguna alcaldía y regidores, incluso el propio Alejandro Hermosillo quien a pesar de que ganó la reelección ha tenido que retirarse a la alcaldía de Guadalajara donde ya funge como Jefe de Gabinete.
Evidentemente el tener la mira puesta en otros objetivos provocó que el trabajo legislativo no fuera fructífero, que se estancara y que ahora muchos de los temas que se habían clasificado como prioridad se ubiquen en la lista de pendientes para la siguiente legislatura.
Entre los asuntos en pausa están las iniciativas para dar autonomía a la Fiscalía General y el regreso de la Secretaría de Seguridad estatal. Además, desde diciembre del año pasado, se dejó pendiente el nombramiento de un magistrado de la Sala Superior del Tribunal de Justicia Administrativa, y en dos ocasiones la convocatoria se declaró desierta por falta de acuerdos. La Reforma al Poder Judicial, es otro de los grandes pendientes que se heredarán, así como otros temas polémicos que los legisladores no quisieron tocar como el matrimonio igualitario y la legalización de la marihuana.
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