Si se usan incorrectamente, los punteros láser pueden dañar la retina y provocar una disminución visual
irreversible, según un equipo que trató a cuatro niños con esas lesiones.
Médicos, docentes y padres deberían tomar conciencia de esto y evitar que los niños utilicen esos dispositivos, según los autores.
El equipo del doctor David R. P. Almeida, de VitreoRetinal Surgery, Minnesota, publicó el caso de dos niños de 12 años, uno de nueve y otro de 16 años atendidos en el centro por pérdida de la visión central y la aparición de «puntos ciegos» a horas y días de mirar o jugar con un puntero láser verde o rojo.
En un caso, el niño miró el reflejo del puntero en un espejo. Otros dos simplemente apuntaron con el láser a sí mismos y el cuarto participó de una «guerra láser» con un amigo.
En Pediatrics, los autores publicaron que tres de los niños sufrieron de una disminución visual potencialmente irreversible, aunque relativamente leve.
En un caso, la capacidad visual siguió empeorando dos semanas después de la lesión hasta que la mejor agudeza visual corregida de ambos ojos alcanzó 20/40, que es un valor cercano al límite para obtener la licencia de conducir en la mayoría de
los estados de Estados Unidos. Almeida les recomendó a los padres tener cuidado con el lugar donde compren el puntero, ya que algunos vendedores no incluyen la potencia o lo hacen incorrectamente. Los instó también a prohibir el uso de los dispositivos a los hijos menores de 14 años.
El nivel de seguridad de la mayoría de los punteros láser de venta común es de clase II o IIIA, de acuerdo con el Instituto Nacional Estadounidense de Estándares, con una potencia de 5 milivatios o menos.
Pero los láser de clase 3B o 4 emiten hasta 500 milivatios o más y son una amenaza ocular inmediata si se mira la luz directamente, según el equipo de Almeida. Los niños pueden utilizar los punteros siembre y cuando lo hagan correctamente, agregó Almeida.