El mundo entero se convirtió en el escenario de los Latin Grammy con una gala que, al no poder reunir a los artistas por la pandemia, visitó ciudades de todo el planeta para celebrar el éxito de la música latina, aunque sin premiar a su género superventas: el reguetón.
Madrid, Buenos Aires, Río de Janeiro (Brasil), Guadalajara (México) y San Juan fueron, junto con Miami (EE.UU.), sede de una fiesta que hizo de las circunstancias una oportunidad: conectar a todos los rincones de la cultura latina para festejar en un año especialmente complejo para todos.