En la vida constantemente estamos evolucionando y madurando. Las finanzas personales son únicas y de acuerdo a las necesidades de ese individuo.
A decir de Regina Reyes Heroles, vocera de Piggo, plataforma de ahorro e inversión, los 30 deberían de ser una etapa de conformación patrimonial, hay más gastos, pero también más ingresos, y para muchos llega el momento de tener hijos.
Lo ideal sería que tuvieras presente la etapa de descontrol que viviste con tu primera tarjeta de crédito y apliques un consumo inteligente.
Para este momento ya debes conocerte como consumidor y saber que: no todos somos iguales, ni nos relacionamos con el dinero y lo más importante para saber cómo ajustarte debes de considerar: ahorro, previsión, consumo, crédito.
LO QUE DEBES TENER
La especialista en finanzas personales establece que hay tres pilares que deberías tomar en cuenta para esta etapa:
1 Automatizar tu inversión. Ya deberías estar en la etapa de las inversiones, el ahorrador lo dejaste en los 20, y como es bien sabido que corazón que no ve, ojos que no sienten, lo mejor es que automatices tus inversiones, es decir, que las domicilies, para que no vengan los típicos “es que tuve una emergencia”, “es que ahora no pude depositar”, y todos esos argumentos que utilizamos para dejar de lado nuestras metas.
2 Incrementar tu protección. Si en los 20 te encargaste de lograr un Seguro de Gastos Médicos Mayores y de vida, ahora debes integrar el ahorro para el retiro y, en caso de que tengas hijos o pienses tenerlos, contratar un seguro educativo. La protección te ayudará a no descalabrarte en momentos en que tienes un imprevisto.
3 Construye patrimonio. No importa si quieres casa o departamento, comenzar a ahorrar para tener una cantidad que te permita por lo menos dar el enganche de esa vivienda que quieres, es importante en esta etapa. Recuerda que los créditos hipotecarios son a largo plazo, entre más pronto comiences más rápido llegarás a tu meta, y en este momento tu edad te permite tener una mayor precalificación en Infornavit.
4 Sal de deudas. En caso de que todo lo que aprendiste con tu megadeuda por pasar la tarjeta de crédito como deporte nacional cuando “eras joven y bello”, te haya entrado por un oído y salido por el otro, busca un plan para reestructurar tus deudas.