Al recordar su brutal combate con Mariana Juárez, del cual se cumplirán 20 años este domingo, la mexicana Ana María Torres se ve a sí misma como una loba herida que, a pesar del dolor, marcó en el ring de boxeo su territorio de mujer grande.
«En el tercer o cuarto asalto pegué en la cabeza de Mariana y sentí que algo se rompió. Fue fractura del metacarpio, pero no le dije a mi esquina, aguanté y dolor y gané por decisión unánime», recordó la púgil este sábado en entrevista a Efe.