Los cuatro hijos de Joaquín Guzmán, conocidos como los «chapitos», se han convertido en objetivos prioritarios de las autoridades de Estados Unidos al ofrecer 20 millones de dólares por información que permita su captura.
La organización de los cuatro «Chapitos» cuenta con al menos 5.000 hombres armados y controla el trasiego de drogas en la zona norte de Sinaloa, el poniente de Sonora y la totalidad de los estados de Nayarit, Chihuahua y Baja California Sur, según la Fiscalía General de la República (FGR) mexicana.