Por: César Manuel Jiménez Martínez
Durante estos días las y los mexicanos y el resto del mundo, estamos vibrando de emoción al ver competir a las y los deportistas en los Juegos Olímpicos que se desarrollan en Tokyo, Japón.
Cada cuatro años, la fiesta olímpica se desborda de alegría e ilusión y esta no es la excepción, pese a que son unos Juegos que están haciendo historia porque se desarrollan en medio de una pandemia que azota al mundo entero. Incluso se retrasaron un año y se están desarrollando con protestas y manifestaciones en contra por su celebración, de parte de muchos ciudadanos nipones.
La participación de las y los atletas mexicanos está siendo fenomenal. Cada una y uno están dando lo mejor de sí y dan claro ejemplo de porqué llegaron ahí y son contados entre las y los mejores del mundo.
Las y los seleccionados nacionales llegan con mucho esfuerzo, sacrificio, perseverancia y adversidades. Llegan sin el respaldo del gobierno federal, que ha cortado el presupuesto al deporte y lo mismo hicieron muchos gobiernos estatales. Llegan, en medio de una de las administraciones más corruptas que ha tenido la CONADE, que encabeza Ana Gabriela Guevara, que ha traicionado al deporte y ha dado muestra que salió buena para correr y más para robar. Llegan, como casi siempre, pasando adversidades y obstáculos por la corrupción y burocratismo de sus federaciones. Y llegan, como todos, víctimas de una pandemia que paralizó muchas actividades y que por el mal manejo de las autoridades, los dejó al desamparo, sin acompañamiento, sin brindarles los espacios seguros y los recursos necesarios para que continuaran con su preparación. ¡Los dejaron solos!
Por eso, y como suele pasar, las medallas que obtengan algunas y algunos de nuestros deportistas, son de ellos y nadie más. Son de sus familias, entrenadores y demás equipo que los apoyaron y nunca los abandonaron. ¡Que nadie se quiera colgar de ellas!
Las y los atletas que no obtengan preseas, no se deben sentir tristes y menos avergonzados con su país. Son unos triunfadores por el solo hecho de llegar a los Juegos Olímpicos y representar dignamente a nuestro país. Deben saber que estamos muy orgullosos de ellas, de ellos y que les agradecemos la alegrías y satisfacciones que nos están dando.