La muerte de un chofer de autobús en Bélgica causó gran conmoción en redes sociales, pues ocurrió a raíz de una presunta broma, en donde un grupo de personas arrojó la tapa de una alcantarilla al parabrisas del vehículo que manejaba.
El hombre, originario de Rumania, tenía 50 años, y fue catalogado por sus compañeros como una persona noble y trabajadora, de manera que lamentaron profundamente su partida ante la inesperada agresión.
Todo pasó cuando iba manejando el autobús, acompañado de su esposa, quien estaba dormida, pero despertó por el estruendo de un cristal roto, y es que un grupo de personas, arrojó la tapa de una alcantarilla al vehículo en movimiento, que inmediatamente golpeó al conductor en la cabeza, provocándole la muerte, toda vez que la tapa tiene un peso aproximado de 20 kilos.
Por su parte la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) se pronunció al respecto y mandó «su más profundo pésame a familiares y amigos, así como a la plantilla de Castillo Trans, ante este injusto desenlace», aunado a desear pronta resignación a la esposa de la víctima.
«Queremos expresar nuestro inmenso dolor por la pérdida de nuestro compañero Gheorge Tibil y a ese dolor se une un sentimiento de impotencia y rabia al saber que su fallecimiento ha sido provocado».
De acuerdo con medios internacionales, las autoridades detuvieron a cinco personas, de las cuales dos son menores de edad; sin embargo, las investigaciones continúan.
