Sandra Fabara, más conocida como Lady Pink, es considerada la «primera dama del grafiti», un mundo dominado por los hombres en el que ha logrado triunfar con potentes obras como las que se muestran en una exposición individual en Miami, en la que homenajea a sus mentores que apoyaron al movimiento feminista.
Nacida en Ecuador y criada en Nueva York, a los 16 años Lady Pink solía escaparse de la casa de sus padres cargando, además de sus aerosoles, un gran cuchillo con el que de forma premeditada se limpiaba las uñas en el metro de Nueva York, antes de saltar a un túnel del subterráneo en donde haría sus primeras obras.