Por: Alfredo Barba Mariscal
Este texto contiene únicamente mi opinión a título personal, porque creo importante que nuestra voz se escuche firme respecto a lo que pensamos o sentimos de la crisis que vive el PRI Jalisco hacia el interior, sobre todo por la derrota contundente de este proceso electoral 2018 y con ello, el reflejo de la voz de los ciudadanos en su hartazgo sobre cómo el partido ha buscado encausar las legítimas exigencias ciudadanas.
A través de un video en Facebook, es como se da cuenta sobre la adhesión del expresidente del PRI Estatal y hoy Diputado Plurinominal al proyecto del Gobernador Electo Enrique Alfaro Ramírez.
¿Es entonces que podemos ya darle cara uno de los grandes culpables de la derrota en Jalisco?
¿La infinidad de rumores sobre que Héctor Pizano estaba trabajando para Movimiento Ciudadano era entonces una realidad?
Cuántos de estos rumores irán saliendo a la luz pública convirtiéndose en verdad, como la venta de candidaturas, muchas de ellas para lograr la derrota en distritos y municipios.
Su salida del PRI estatal en pleno proceso electoral fue una decisión que definitivamente se tardó en llegar, sobre todo porque a pesar de que a nivel nacional la aceptación de la marca estaba ya muy desgastada, muchos de nosotros trabajamos con mucha firmeza para sacar adelante a Jalisco desde nuestras trincheras. Los priistas de calle somos los que le dimos la cara a los ciudadanos y militantes para lograr convencerlos de que nosotros somos una verdadera opción para representar a los ciudadanos. Qué estábamos haciendo entonces con un dirigente (por los hechos confirmados de su cambio de partido) trabajando para construir una derrota electoral sin precedentes.
La lealtad es uno de los valores más importantes en la política, sobre todo cuando se ha entregado en ella, cargos públicos (muchas veces inmerecidos), nominaciones a candidaturas y tener el honor de dirigir a nuestro instituto político.
La victoria siempre tiene mil padres, en cambio, la derrota es inequívocamente huérfana; hoy podemos abrir los ojos y darnos cuenta que también se construye a pulso y tiene cara y voz.
Ojalá que la vergüenza le llegue en algún momento de su vida, porque para nosotros los verdaderos priistas sí nos avergüenza tener que dar explicaciones a los militantes del enorme tamaño de la incongruencia que tiene Héctor Pizano, porque gracias a él, hoy tenemos un expresidente del PRI estatal que irá al Congreso por la vía plurinominal de este instituto político, para irse a servir a cambio de más poder y continuidad en la vida pública.
Esta es una muy buena oportunidad para que Héctor Pizano sea congruente y renuncie de manera personal al Partido Revolucionario Institucional, y al mismo tiempo le regrese al PRI la diputación plurinominal, porque precisamente por el número de votos le corresponde en representación proporcional dentro del Congreso.
Además de que habrá que hacer un análisis profundo para saber de qué lado está la lealtad de sus colaboradores que ha dejado sembrados dentro del PRI y del Gobierno del estado, ya que seguramente ese es su único capital político y así como él decide su propia salida, debería existir congruencia para solicitarle los espacios a quienes se quedan en la tranquilidad de la nómina.
No podemos darnos el lujo de no tener una vida democrática interna y tener un partido secuestrado por todos los que representan a Héctor Pizano, hablando desde el Consejo de la Judicatura, la Secretaría del Trabajo y el propio PRI.
Tenemos un largo camino por recorrer, pero es mejor iniciar de ceros y buscar la democracia interna consultando a las bases o lo que quede de ellas para reconstruirnos al interior con una nueva cara y una nueva manera de hacer política, así como saber ser una buena oposición y cuidar de los recursos y formas de gobernar, porque aunque existan buenas voluntades, tenemos que cuidar los intereses de los que nos favorecieron con su voto con una digna representación.
