A pesar de que aún no llegan las altas temperaturas, la región de la Sierra Tarahumara en Chihuahua comienza a experimentar los efectos devastadores de la sequía. La comunidad de Choguita, habitada por aproximadamente 300 habitantes rarámuris, se encuentra en una situación de emergencia por la escasez de recursos básicos.
El principal recurso hídrico para el consumo humano en la zona está casi agotado. Las bombas mecánicas que extraen agua apenas logran suministrar lo indispensable para unas pocas familias, evidenciando la gravedad de la sequía que afecta a la región. En este contexto, una pareja rarámuri trabaja con esfuerzo en un campo completamente seco, intentando salvar lo que queda de su cultivo de maíz y frijol, que alguna vez fue su sustento.
La esperanza de los habitantes reside en la llegada de las lluvias, que podrían salvar sus cultivos y evitar una pérdida total de sus recursos agrícolas. Sin embargo, la persistente sequía no solo afecta la agricultura y la ganadería, sino que también está provocando incendios forestales que arrasan con grandes extensiones de bosques. La falta de agua, la tierra reseca y la acumulación de maleza inflamable dificultan los esfuerzos para controlar los incendios, poniendo en riesgo aún más el equilibrio ecológico de la zona.
La situación en la Sierra Tarahumara requiere atención urgente, ya que la combinación de sequía, incendios y escasez de recursos amenaza con profundizar la crisis en esta comunidad indígena.
