Una iglesia en el estado de Guanajuato (centro de México) sobrevive entre el agua y los peces, como único testigo de un pueblo que fue inundado por una presa hace más de cuarenta años y que ahora, a raíz de las sequías que afectan al país, ha quedado de nuevo al descubierto.
Es el Templo de la Virgen de los Dolores, cuya edificación data de mediados del siglo XIX, aunque hay fuentes documentales que sitúan sus inicios en el siglo XVIII.