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La reforma fiscal que viene…

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Por: Héctor Romero Fierro

Uno de los grandes retos a corto plazo que tendrá que enfrentar nuestro país será la reforma fiscal que antes de agosto pretende aprobar el país del norte dentro de las locuras nacionalistas de su presidente, Donald Trump.

Desde su campaña prometió una reforma fiscal de gran calado, cosa que considero imposible después del fracaso al tratar de derogar el sistema de salud de Estados Unidos llamado “Obamacare” recientemente, pero tanto en disminuciones fiscales, simplificación en el pago del impuesto, establecimiento de impuestos a las importaciones, el cual se tornaría inconstitucional si solo pretendiera gravar, como se ha dicho, las importaciones que llegaran desde México, pero lo más importante la disminución de la tasa de impuestos a las corporaciones en tasas máximas entre el 15% a 20%.

Otra propuesta es el gravar con un impuesto a las importaciones que algunos de sus asesores, han llamado “impuesto de ajuste aduanal”. Esto daría descuentos fiscales a los fabricantes que exporten, e incrementaría los impuestos a las empresas que importan.

Esa misma disminución pretende llevarla a los impuestos a las personas, beneficiando principalmente a la clase media.

Lamentablemente cualquier decisión que el señor tome en su país, afectará exponencialmente a México, ya que, el propósito de disminuir la tasa del impuesto sobre la renta obedece no solo a la necesidad de conservar a las empresas en ese país, sino además atraer a otras de fuera.

Nuestro país no es actualmente muy competitivo en la materia fiscal con una tasa del 30% de Impuesto sobre la Renta a todo tipo de empresas, prácticamente sin importar su tamaño, (excepto para las enanas), pero además existe otro pago adicional forzoso que gravita sobre las utilidades de las corporaciones que es el pago por la Participación en las Utilidades de la empresa PTU, el cual es del 10% y que los empresarios lo consideran un verdadero impuesto.

Partiendo de esa base, ¿qué empresario que pudiera mover su empresa al vecino país no lo hará de cumplirse esta propuesta? El ahorro oscilará entre el 15% y 20% de la utilidad de la empresa, por lo que algunos clientes que tienen operaciones mundiales han solicitado hacer un estudio de la posibilidad de migrar su operación a los Estados Unidos, conservando la empresa mexicana solo para amparar las operaciones locales.

El día de ayer, platicando con un fiscalista de una Universidad americana, me comentó que una de las propuestas que analiza el equipo del Presidente es la implementación de un impuesto conocido como FLAT TAX que podemos traducir como “impuesto lineal sobre la renta”, que deriva de la obra: de los autores Hall, R.E. y Rabushka, A. Low Tax, Simple Tax, Flat Tax; Ed. McGraw-Hill, New York, 1983, economistas de la “Hoover Institution” presentado como el ideal tributario simplificador, que llega al extremo de decir que su cumplimiento es tan sencillo que su declaración se puede hacer en el espacio que ocupa una tarjeta postal, de esas que ya nunca enviamos.

Este impuesto cada vez gana más países adeptos y se ha implementado con éxito en varias naciones, destacando Rusia, con tasas únicas promedio entre el 10% y el 16%. En el país vecino no es nuevo, y diez Estados ya lo tienen implementado, destacando Indiana con el 3.3% o Massachusetts o Pennsylvania con un 6.9704%

De ser esto cierto, México tendrá que modificar de inmediato su ley del Impuesto sobre la Renta para tratar de ser competitivo a nivel internacional, lo que implicará una pérdida de recaudación enorme que no puede cubrir más que con una forma simple, ahora sí de una vez por todas, agarrar el toro por los cuernos y reformar la Ley del Impuesto al Valor Agregado, eliminando lo que le hace un pésimo impuesto solo en nuestro país, todas las innecesarias exenciones y tasas cero. Prácticamente solo deben quedar exentos los alimentos básicos y el cuadro básico de medicinas y sujeto a la llamada tasa “cero” exclusivamente la exportación de mercancías.

Esperemos que los partidos políticos estén a la altura de los necesarios cambios que requerirá el país y no tomen posiciones dogmáticas para oponerse a las medidas fiscales que se tengan que tomar.

Si Trump confunde una reforma fiscal con una simple disminución de tasas de impuestos, estoy seguro que los demócratas y muchos republicanos no lo apoyarán nuevamente, ya que este solo generaría un déficit fiscal enorme.

Nos vemos la próxima semana.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2