Por: Yuri Guzmán
En el vasto universo de la gastronomía mexicana, hay un platillo que se ha ganado un lugar privilegiado en las mesas y corazones de quienes disfrutan de la buena comida: el aguachile verde. Este fresco y vibrante manjar no solo es un deleite para el paladar, sino que también evoca un sinfín de sensaciones que despiertan los sentidos y animan cualquier reunión.
Originario de la costa del Pacífico, el aguachile verde combina la frescura del ceviche con un toque de picante que lo hace irresistible. Su base de camarones, marinados en jugo de limón, se adereza con una salsa de chiles verdes, cilantro y pepino, creando un contraste de sabores que invita a probar una y otra vez. Este platillo, que se sirve a menudo en compañía de tostadas crujientes, ha evolucionado con el tiempo, adaptándose a los gustos y preferencias de quienes lo degustan.
La historia del aguachile se remonta a las tradiciones culinarias de los pueblos costeros, donde el pescado y los mariscos son protagonistas. Sin embargo, lo que realmente lo ha catapultado a la fama es su capacidad para reunir a amigos y familiares en torno a una mesa, convirtiéndose en un símbolo de celebración y camaradería. En cada bocado, los comensales pueden saborear la frescura del océano y el toque picante que estimula el apetito, evocando momentos de alegría y complicidad.
A medida que el aguachile verde se ha popularizado, chefs y cocineros caseros han empezado a experimentar con ingredientes, añadiendo su propia chispa personal. Desde la incorporación de aguacate hasta el uso de diferentes tipos de mariscos, cada versión cuenta una historia diferente, aunque todas tienen en común ese espíritu festivo que lo caracteriza.
En un mundo donde la comida rápida y los platillos preempacados dominan el panorama, el aguachile verde se erige como un recordatorio de la importancia de los sabores auténticos y las reuniones en torno a la mesa. Este platillo no solo satisface el hambre, sino que también alimenta el alma, recordándonos que la buena comida es, en gran medida, una celebración de la vida misma.
Así, el aguachile verde continúa su camino triunfal, conquistando paladares y corazones, un bocado picante a la vez. Y es que, al final del día, ¿quién puede resistirse a un buen aguachile?
Ingredientes
El jugo de 4 Limones
2 Chiles serranos
Medio manojo de Cilantro fresco desinfectado
1/4 de Cucharadita de Pimienta negra molida
1 Cucharada de Sal con ajo en polvo
4 Cucharadas de Salsa Tipo Inglesa
500 Gramos de Camarón limpio sin cáscara y en corte mariposa
2 Pepinos cortados en medias lunas
3/4 de Cebolla morada fileteada
1 Taza de Berros desinfectados
3 Ramitas de Cilantro fresco desinfectado y picado finamente
12 Tostadas de maíz
Procedimiento
Licúa el jugo de limón con los chiles serranos, el medio manojo de cilantro, la pimienta, la sal con ajo y la Salsa Tipo Inglesa y los berros.
Mezcla los camarones, las rodajas de pepino, la cebolla morada con lo que licuaste; cubre con plástico adherente y marina en refrigeración por 30 minutos.
Sirve en un plato hondo, decora con el cilantro picado y acompaña con las tostadas.
Disfruta con tus seres queridos, que serán esas anécdotas las que te hagan saborear los recuerdos de la vida

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