Poco podía imaginar Pablo Alborán que el concierto que ofreció en Uruguay dos semanas antes del estallido de la pandemia sería el último en mucho tiempo, un parón de casi año y medio que concluirá el próximo mes de julio, cuando el malagueño retome al fin la carretera con otra perspectiva de la vida.
«La pandemia me ha enseñado más que todos estos años de carrera. Nos ha dado una lección de presente y de verdad para tener la cabeza donde se tiene el cuerpo, que es algo que no siempre he hecho», reconoce el artista en una charla con Efe, en mitad de los ensayos para los siete conciertos que ofrecerá en España este verano.