La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto bajo vigilancia una nueva variante del SARS-CoV-2, denominada NB.1.8.1, ante el aumento de casos de Covid-19 en diferentes regiones del mundo. Hasta el momento, la organización considera que el riesgo para la salud pública continúa siendo “bajo”, aunque mantiene atención sobre su evolución.
Según el informe de evaluación de riesgos elaborado por el Grupo Asesor Técnico sobre la Evolución de los Virus (TAG-VE), publicado el 23 de mayo, se ha identificado un incremento en la prevalencia de esta variante, que representa actualmente aproximadamente el 10,7% de las secuencias globales analizadas en la semana epidemiológica 17 (del 21 al 27 de abril). La variante NB.1.8.1, derivada de la recombinante XDV.1.5.1, fue detectada por primera vez a finales de enero de 2025 y, aunque su presencia aún es minoritaria, su crecimiento es notable en algunas regiones.
El informe indica que, en las últimas semanas, la proporción de NB.1.8.1 ha aumentado en varias regiones, especialmente en la Región del Pacífico Occidental, donde pasó del 8,9% al 11,7%, y en las Américas, que subió del 1,6% al 4,9%. En Europa, la variante también ha mostrado un incremento, alcanzando un 6%. Sin embargo, en otras áreas, como el Sudeste Asiático, solo se han reportado cinco secuencias, y en África y el Mediterráneo Oriental no se han detectado casos de esta variante.
Pese a su rápida expansión, la OMS destaca que la variante NB.1.8.1 presenta una evasión inmunitaria adicional mínima en comparación con otras variantes, como la LP.8.1, que continúa siendo la predominante. Además, no existen evidencias que sugieran un aumento en la gravedad de la enfermedad asociada a esta variante, ni un incremento en las hospitalizaciones en las regiones afectadas.
La organización internacional ha reiterado la importancia de mantener medidas de vigilancia y control, recomendando a los países realizar ensayos de neutralización con muestras de la comunidad afectada y evaluar posibles cambios en los indicadores de severidad clínica. Asimismo, continuará monitoreando el impacto de las variantes en la eficacia de las vacunas disponibles, con la intención de ajustar las estrategias de respuesta en función de nuevos datos.
La OMS mantiene su compromiso de revisar periódicamente la situación, actualizando las recomendaciones conforme disponga de mayor evidencia internacional, en un contexto en el que la vigilancia global sigue siendo clave para anticipar y responder a posibles cambios en el comportamiento del virus.
