Los cerca de 2.000 migrantes que intentan cruzar la frontera bielorruso-polaca llevan dos semanas varados sin visos de una solución y sobreviven en unas condiciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó hoy de «difíciles».
«La situación en la frontera bielorruso-polaca puede calificarse cuanto menos de difícil, lo que genera una gran preocupación», señaló Gerald Rockenschaub, quien encabeza una misión de expertos de la Oficina Regional de la OMS para Europa que visitó hoy el centro logístico y de transporte de Bruzgui que acoge a los migrantes.