Un grupo de investigadores descubrió que cuando los pacientes con dolor crónico escuchaban música una hora por día durante una semana, disminuían los niveles de dolor, depresión y discapacidad y se sentían con ánimo para mejorar la depresión. «Uno de los hallazgos más interesantes fue que no importa el tipo de música que la persona escuche», dijo en una entrevista la doctora Sandra L. Siedliecki, investigadora de la Cleveland Clinic Foundation en Ohio y autora principal del estudio. «Sólo hay que usar la música que mejor haga sentir» a cada persona, agregó Siedliecki.
El estudio, publicado en Journal of Advanced Nursing, incluyó a 60 adultos afroamericanos y caucásicos que habían sentido dolor en el cuello, la espalda y las articulaciones durante al menos los últimos seis meses previos a la investigación. A menudo, la causa del dolor era la artritis, aunque en muchos casos los pacientes no tenían diagnóstico.
Todos los participantes estaban usando analgésicos o alguna otra terapia estándar. Siedliecki y la doctora Marion Good hicieron que los pacientes, distribuidos en grupos al azar, escucharan música de su agrado, música elegida por las investigadoras, o siguieran sólo con los cuidados habituales (grupo de control).
Después de una semana, las investigadoras observaron que los pacientes de los dos grupos que habían escuchado música mejoraron más que los sometidos al tratamiento estándar en los síntomas de dolor, discapacidad y depresión. Mientras que el nivel de dolor promedio aumentó un 2 por ciento en el grupo de control, disminuyó un 20 por ciento entre los pacientes que habían escuchado música.
El nivel de depresión bajó del 15 al 23 por ciento en las personas que habían escuchado música, pero se mantuvo igual en el grupo de control. El uso de musicoterapia mejoraría la efectividad de los tratamientos de primera elección, como los analgésicos, dijo Siedliecki. Estudios previos demostraron que la música ayudaría a calmar el dolor postoperatorio y el dolor que causa el cáncer, destacó la investigadora. Aunque las causas de esto todavía no son claras, existen «muchas teorías», dijo Siedliecki.
Una posibilidad es que escuchar música agradable distraiga del dolor crónico y otra, que la música promueva la relajación, lo que a su vez modifica la percepción del dolor. Siedliecki confirmó que sigue estudiando los posibles mecanismos subyacentes, incluido si la música altera los niveles hormonales, como los del cortisol, la hormona del estrés. Pero no hay motivo por el cual las personas con dolor crónico debieran esperar los resultados de esos estudios para probar una dosis de música, indicó la investigadora. «Es algo que las personas definitivamente deberían intentar»