Por: Enrique Velázquez
Las redes sociales e internet son hoy un arma poderosa. Representan un mundo de información en la inmediatez, sin embargo, no todas las ocasiones en las que una noticia es difundida por estos medios es real y sus protagonistas terminan siendo víctimas de señalamientos y condenas injustas.
Hace unos días, através de redes sociales y en diversos medios de comunicación a nivel nacional, se acusó de manera arbitraria al maestro Ramón Bernal Urrea quien en una de sus clases que imparte en la Prepa 10 explicaba a los jóvenes el machismo que existe en nuestra sociedad.
Sin duda, el lenguaje que el profesor utilizó no fue el adecuado para ejemplificar durante su cátedra y ya se examina si existe sanción en nuestro reglamento por este hecho. Pero lo que resulta vergonzoso es saber que fueron los mismos alumnos de la preparatoria quienes editaron, subieron a redes y volvieron viral una parte de la grabación, condenando a su profesor al juicio de la opinión pública. Desde el Sindicato de Trabajadores Académicos de nuestra universidad, hemos expresado nuestro apoyo al profesor y el derecho a declarar su versión de lo acontecido. No permitiremos que un académico de la UdeG sea juzgado de manera tan injusta como hasta ahora se ha hecho.
Quienes somos consumidores de la información por internet, tenemos una responsabilidad muy grande, confirmar la veracidad de las notas y videos que estamos observando. Este incidente nos muestra que estamos totalmente expuestos al escrutinio público y que si bien en muchas ocasiones las redes son instrumento para señalar atropellos y resolverlos, en esta ocasión el maestro Ramón fue víctima de la irreflexión y la imprudencia de una mayoría que, con un video de apenas un minuto, se sintió con el derecho de llamarlo misógino, machista y maltratador. En internet no existen reglas, pero nosotros deberíamos tenerlas al compartir cualquier información.
Después del linchamiento son muy pocas las amnistías que el profesor ha recibido. Celebro a medios y periodistas que han tenido el valor de resarcir un poco los señalamientos hacia el profesor, dan muestra de la injusticia que se cometió y de la responsabilidad y honestidad al aceptar que fue un error viralizar ese video. El STAUdeG no consentirá que se afecte de esta forma a una persona y a su familia; acompañaremos en todo momento al maestro Bernal para que su caso sea evaluado de manera racional en el Consejo General Universitario y no se continúen cometiendo injusticias. Que este acontecimiento nos lleve a reflexionar sobre lo que representa compartir y difundir información de internet, alcance y las injusticias que con un click cometemos en nuestra vida diaria.
