Como una bomba de relojería a punto de explosión, las mujeres de México muestran su hartazgo estos días entre protestas contra el aborto, ocupaciones de sedes de Derechos Humanos y en redes sociales. ¿El caldo de cultivo? Cuerpos de menores de edad hallados en bolsas, jóvenes descuartizadas, miles de desapariciones, la escalofriante cifra de diez mujeres asesinadas al día y una deuda histórica con su seguridad.
La ocupación de las instalaciones de una de las sedes de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) desde el pasado 4 de septiembre es solamente el cobro de una mínima parte de todo el daño y dolor que llevan dentro muchas mujeres mexicanas.