El conservador Karol Nawrocki fue oficialmente investido este miércoles como nuevo presidente de Polonia, en una ceremonia marcada por el respaldo popular y un discurso que refleja un giro hacia valores tradicionales y una postura más firme en política exterior. La toma de posesión ocurre en un contexto de incertidumbre política, que podría afectar la estabilidad del gobierno liderado por el primer ministro Donald Tusk.
Nawrocki, de 42 años y sin experiencia previa en cargos políticos, cuenta con el apoyo del partido conservador Ley y Justicia, que gobernó el país entre 2015 y 2023. Antes de su elección, recibió el respaldo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y fue presentado como un defensor de los valores patrióticos y tradicionales polacos. Su llegada al cargo ha sido celebrada por sus seguidores, quienes lo ven como un símbolo de resistencia a lo que consideran influencias externas en la política nacional.
Durante su ceremonia en el parlamento, Nawrocki prestó juramento y pronunció un discurso en el que afirmó que “la libre voluntad de una nación me ha traído hoy ante ustedes”. En sus palabras, criticó la “propaganda electoral” y las “mentiras” que, según afirmó, prevalecieron durante la campaña, pero expresó su intención de perdonar y seguir adelante desde una postura cristiana.
En materia internacional, Nawrocki reafirmó el compromiso de Polonia con la Unión Europea y la OTAN, destacando su intención de fortalecer el ejército polaco y contribuir a la seguridad en la región, especialmente en el marco del flanco oriental de la OTAN. Polonia ha sido un firme apoyo a Ucrania en su conflicto con Rusia, tras la invasión de hace más de tres años.
La figura de Nawrocki ha generado tanto apoyo como controversia. Sus partidarios destacan su carácter conservador y patriótico, así como su rechazo a algunas políticas progresistas relacionadas con derechos LGBTQ+ y la legalización del aborto. Sin embargo, también existen reportes que lo vinculan a figuras del mundo del hampa, así como a un escándalo por la adquisición de un apartamento en Gdansk, en el que se le acusa de incumplimiento de un acuerdo de cuidado a un jubilado.
El ascenso de Nawrocki al poder refleja un escenario político marcado por la polarización y las tensiones entre los valores tradicionales y las demandas de integración europea y global. La comunidad internacional observa con atención las posibles repercusiones de su mandato en la política interna y en las relaciones internacionales de Polonia.
Información de AP News
