En sus primeros cien días en la Casa Blanca el presidente estadounidense, Joe Biden, ha puesto en cuestión los tabúes económicos asentados en el país desde la década de 1980 al apostar por una destacada intervención estatal y un refuerzo de los endebles sistemas de bienestar social.
«Es una inversión en EE.UU. que solo se da una vez en cada generación, algo no visto desde que creamos el sistema de autopistas interestatales y la carrera espacial décadas atrás. De hecho, es la mayor inversión en empleos desde la Segunda Guerra Mundial», subrayó Biden al anunciar su plan de infraestructura en Pittsburgh (Pensilvania) a finales de marzo.