Por: Carlos E. Martínez Villaseñor
Guadalajara se prepara para el evento más visto del planeta: el Mundial de fútbol de 2026, que iniciará el 11 de junio. La ciudad recibirá cuatro partidos en el Estadio Akron, rebautizado como “Estadio Guadalajara” durante el mundial, incluyendo un juego inaugural de la Selección Mexicana. Pero mientras se afinan detalles de infraestructura turística, hotelera y vial para recibir a millones de visitantes, otro escenario se gesta en paralelo: la elección de jueces y magistrados en Jalisco, como parte de la reforma judicial nacional. Entre la fiesta deportiva y la reconfiguración institucional, ¿está listo el estado para responder con orden, movilidad y justicia creíble?.
Con más de 1,000 millones de dólares en inversión privada, Jalisco impulsa la construcción de 38 hoteles con 4,578 nuevas habitaciones en Guadalajara, Puerto Vallarta, Costalegre y la Sierra. Se estima que al menos un tercio estén listos antes del arranque del torneo. Además, se invierten más de 14 mil millones de pesos en la expansión del Aeropuerto Internacional de Guadalajara, que contará con segunda pista y nueva terminal de más de 69 mil metros cuadrados.
El problema no es la ambición turística, sino la infraestructura urbana que la sostiene. En junio de 2025, la ciudad colapsó tras las lluvias: calles intransitables, árboles derribados, autos arrastrados por el agua. Si esas condiciones climáticas se repiten en junio de 2026, justo al inicio del Mundial, la movilidad entre ciudad, playa y sierra estará comprometida, con consecuencias económicas, mediáticas y logísticas difíciles de contener.
La seguridad, además, no es menor. Jalisco ha prometido un despliegue de 4,500 elementos para vigilar zonas clave, además de policías bilingües, videovigilancia y protocolos turísticos. Pero detrás de esta imagen de control, los datos incomodan: más de 15,000 personas desaparecidas en Jalisco, decenas de hallazgos recientes de fosas clandestinas, y el Rancho Izaguirre, con al menos 200 pares de zapatos encontrados en marzo, revelando dimensiones aún más sombrías del crimen organizado. La tasa de homicidios estatal supera los 29 por cada 100,000 habitantes, y Estados Unidos ha emitido alertas específicas por secuestros de turistas a través de aplicaciones de citas.
Y mientras eso sucede, Jalisco deberá también decidir cómo se eligen sus jueces. El 1 de junio de 2025 se realizaron por primera vez elecciones federales de jueces y magistrados en México. La participación fue bajísima (13%), y el modelo electoral dejó muchas preguntas sin responder. A nivel estatal, Jalisco deberá armonizar su legislación y celebrar elecciones judiciales locales entre 2025 y 2026. Lo que se juegue ahí no es menor; si la ciudadanía no confía en sus jueces, si los filtros se relajan, si los intereses partidistas se imponen, el poder judicial quedará contaminado justo en el año en que Jalisco quiere mostrarse al mundo.
¿Estamos listos para recibir a millones de turistas, movilizar ciudades, proteger personas, organizar justicia y proyectar estabilidad? Si Jalisco quiere golear, no basta con que el balón entre en la portería. Debe haber ciudades resilientes, visitantes seguros y jueces profesionales. Solo así, el Mundial no será una postal fugaz… sino un legado duradero.