Las intensas lluvias y los fuertes vientos con los que azotó el huracán Irma a las provincias del nororiente de Cuba han dejado decenas de árboles caídos y la interrupción en las comunicaciones, y provocaron la evacuación de más de un millón de personas.
Reportes de la agencia noticiosa Prensa Latina y el portal oficial Cubadebate indicaron que más de un millón de personas tuvieron que abandonar sus hogares, debido a los embates del huracán Irma en las provincias centrales de Santi Spiritus y Villa Clara.
El Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil reportó que el 77 por ciento de los evacuados se refugiaron en casas de familiares y de vecinos, luego de más 17 horas de afectaciones por el huracán Irma en territorio cubano.
Autoridades detallaron que las personas fueron evacuadas desde las provincias más orientales de Cuba como Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas, hasta las centrales Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spiritus y Villa Clara en la medida que el huracán Irma avanzó en dirección oeste-noroeste.
Agregaron que en Matanzas, Mayabeque y La Habana, en el noroccidente de la isla, se lleva a cabo la evacuación de residentes de las zonas más vulnerables.
Mientras que la televisión local mostró imágenes de la pérdida total o parcial de techos de viviendas y otras construcciones, la caída de árboles y postes eléctricos que obstruyen vías.
Además, las autoridades expresaron su preocupación ante las intensas lluvias que puedan provocar la crecida de ríos y arroyos, y señalaron que el servicio de la energía eléctrica fue suspendido en gran parte de la provincia.
Autoridades decretaron fase de alarma ciclónica en La Habana, mientras los equipos de rescate ya realizan trabajos de protección y evacuación luego que se pronosticó que las olas alcanzarán hasta los nueve metros de altura.
Reportes a través de las redes sociales indicaron que en Villa Clara la torre principal de Amplitud Modulada de la emisora local CMHW colapsó y se realizan ajustes para poder mantener informada a la población.
Irma ocasionó afectaciones en techos de instalaciones estatales y viviendas, además del derribo de árboles ubicados en plazas y parques. Los vientos que acompañan al huracán por la costa norte cubana eran de 160 kilómetros por hora, con rachas de 250 o más.
