Las autoridades iraníes tratan de silenciar las protestas que desde hace once días sacuden Irán por la muerte de Mahsa Amini con la detención de periodistas y activistas, además de la imposición de fuertes restricciones de internet.
La muerte de Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el obligatorio velo ha provocado fuertes protestas en el país en las que se pide más libertad, a diferencias de las movilizaciones de los últimos años centradas en cuestiones económicas.
Al menos 76 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad en las protestas, según ha informado la ONG Iran Human Rights, con base en Oslo.