Al señalar que los partidos de oposición viven un colapso, lo cual deja a Morena como el nuevo partido hegemónico, el investigador John M. Ackerman afirmó que los dos temas pendientes del actual gobierno son la inseguridad pública y el crecimiento económico.
En entrevista con el periodista Gabriel Bauducco para Notimex, el doctor en Sociología política por la Universidad de California se refirió en cuanto a la evaluación del gobierno de López Obrador a casi de un año de asumir la presidencia, y destacó avances en el combate a la corrupción, en los programas sociales, en la comunicación con la sociedad, en la libertad de expresión y en la independencia judicial.
No obstante, la inseguridad pública y el crecimiento económico son los temas pendientes. En el primer caso, sostuvo que la Guardia Nacional apenas está en proceso de reclutamiento de los nuevos integrantes.
Dijo que este año se planea tener 20 mil nuevos reclutas y para 2021, 60 mil en total, en un cuerpo que tendría ser o rebasar las 100 mil personas con instalaciones en 266 regiones del país para proteger a los mexicanos de la delincuencia organizada, y en general de la violencia y la inseguridad.
En torno al crecimiento económico y pese a las estimaciones del Banco Mundial, subrayó que la inversión social rinde frutos en el mediano plazo.
“Si estamos todos los días queriendo complacer a Moody’s y al Banco Mundial, nos va a pasar exactamente lo que nos pasó en los últimos 30 años de políticas neoliberales en los que se desbarata y se destruye la economía nacional”, acotó.
El planteamiento, dijo, es a mediano plazo, para al final del sexenio tener una economía fuerte, con la participación social generalizada y que los niveles de pobreza se empiecen a equilibrar, con lo que México se vuelva un país mucho más fuerte.
Ackerman descartó ser “fifí”, al precisar que ese concepto caracteriza una ideología que busca deslegitimar a un gobierno.
Los “fifís”, refirió, son los que generaron el contexto de desprestigio en contra de Francisco I. Madero, en aras de gestar las condiciones para un golpe de Estado, que ocurrió con Huerta; son los que atacan y deslegitiman a un gobierno surgido de un movimiento popular de abajo.
Consideró que es lo que está pasado en México, donde grupos de poder están manejando una ideología queriendo jalar a un sector de la sociedad para atacar y desprestigiar a este gobierno, por lo que cuando el presidente hace alusión a una prensa “fifí” habla de aquellos que ideológicamente no toleran un gobierno cercano al pueblo.
Sobre el término “chairo”, consideró que también es usado despectivamente, sin embargo, ponderó el pensamiento crítico.
El doctor en Derecho Constitucional dijo que su primera crítica hacia el poder es hacia la oligarquía mexicana que no ha aprendido a estar en la oposición y lo único que plantean es atacar al presidente, incluso con las llamadas “fake news”.
“Ellos están tan acostumbrados a las mieles del poder que no saben cómo ejercer una oposición democrática. Lo único que se les ocurre es hay que tumbar a López Obrador, hay que atacarlo e inventarle fake news”, expuso el investigador, al exponer que el verdadero poder en esta sociedad capitalista y globalizada está en los mercados financieros, los grandes bancos y las trasnacionales.
Cuestionado sobre los grupos de oposición en el país, sostuvo que lo ocurrido el 1 de julio de 2018 fue una especie de bomba pacífica, que dejó descompuestos al PRI, el Partido Acción Nacional (PAN) y el PRD, los tres grandes partidos, así como en una posición difícil en el contexto político.
Lo anterior, planteó el académico, deja a Morena como el nuevo partido hegemónico y rechazó que sea una continuidad del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al afirmar que esta hegemonía política es una hegemonía democrática, cuando antes era autoritaria.
Por ello, la oposición más coherente termina siendo del mismo Morena por su pluralidad, aunque el gran reto de este grupo no pasa por la elección de su dirigente o la fecha de la elección, sino la competencia entre las distintas figuras porque fue una de las cosas que destruyó al Partido de la Revolución Democrática (PRD), una cuestión de tribus, que debe evitar a toda costa.
“Lo importante es que Morena genere un espacio de debate, de discusión interna, una consolidación institucional y una unidad para cambiar al país”, advirtió Ackerman, al recordar que ese partido político tiene una responsabilidad muy grande en busca de fortalecerse como un partido moderno y plural.
En ese sentido, puntualizó, se trata de generar un debate interno suficientemente fuerte para que sean las ideas y las propuestas las que determinen los futuros liderazgos, en una estructura con reglas claras y democráticas.
