El grupo miliciano Hamás ha reiterado su postura de que la liberación de los rehenes israelíes restantes está sujeta a la implementación de un alto el fuego duradero en la Franja de Gaza. En un comunicado emitido el jueves, Hamás desestimó la última advertencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y acusó tanto a Trump como al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de intentar eludir un acuerdo de alto el fuego previamente establecido en enero.
Este acuerdo contemplaba negociaciones para una segunda fase de la tregua, donde los rehenes serían liberados a cambio de un número adicional de prisioneros palestinos, así como un alto el fuego permanente y la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza. Abdel-Latif al-Qanoua, portavoz de Hamás, subrayó que el camino más efectivo para la liberación de los rehenes es a través de estos diálogos, que deberían haber comenzado a principios de febrero, aunque hasta ahora solo se han realizado conversaciones preliminares limitadas.
La tensión entre las partes se ha intensificado tras la advertencia de Trump, quien, después de reunirse con antiguos rehenes, expresó en su plataforma Truth Social que Hamás debería liberar a todos los rehenes y devolver los cuerpos de los fallecidos «de inmediato». Esta declaración refleja el enfoque de la administración estadounidense, que ha mantenido contactos directos con el grupo, considerado una organización terrorista por Israel y naciones occidentales.
Se estima que Hamás mantiene a 24 rehenes vivos capturados en el ataque del 7 de octubre de 2023, que marcó el inicio de un conflicto armado, así como los cuerpos de 34 personas fallecidas. En la primera fase del alto el fuego, Hamás liberó a 25 rehenes y los cuerpos de ocho más a cambio de casi 2,000 prisioneros palestinos.
Por su parte, Israel ha propuesto un nuevo plan de Estados Unidos que contempla la liberación inmediata de la mitad de los rehenes restantes por parte de Hamás, con el resto a ser liberado en el contexto de un alto el fuego permanente. Sin embargo, Hamás ha rechazado esta propuesta, insistiendo en que se apega al acuerdo de enero.
Las tensiones se ven exacerbadas por las acciones de Israel, que ha cortado el suministro de alimentos, combustible y medicinas a los aproximadamente dos millones de palestinos en Gaza en un intento de presionar a Hamás. La situación humanitaria en la región se ha deteriorado drásticamente, con cientos de miles de palestinos desplazados y dependiendo de la ayuda internacional.
La ofensiva militar de Israel ha resultado en la muerte de más de 48,000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, mientras que Israel sostiene que ha eliminado a más de 1,000 combatientes. Las consecuencias del conflicto continúan impactando de manera severa a la población civil, que enfrenta un futuro incierto en medio de la crisis humanitaria en curso.
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