Un equipo de investigación liderado por la Universidad de Bournemouth ha realizado un hallazgo que podría transformar nuestra comprensión de la vida de los primeros pobladores del continente americano. En el Parque Nacional White Sands, Nuevo México, los científicos han descubierto una serie de huellas de arrastre, que se cree fueron causadas por vehículos improvisados fabricados con postes de madera, junto a antiguas pisadas humanas que datan de hace más de 20,000 años.
Este estudio, publicado en la revista Quaternary Science Advances, se suma a investigaciones anteriores que ya habían indicado que algunas huellas en el parque eran de hace 23,000 años, lo que sugiere que la presencia humana en América es mucho más antigua de lo que se pensaba.
Las huellas de arrastre encontradas varían en longitud de dos a 50 metros y presentan diferentes patrones: algunas consisten en una única línea, mientras que otras muestran dos líneas paralelas. Estas características sugieren que los objetos arrastrados podrían haber sido travois, una forma de transporte utilizada por diferentes pueblos indígenas en América del Norte a lo largo de la historia.
La relación entre las huellas de arrastre y las pisadas humanas indica que estos travois fueron utilizados por personas y no por animales, lo que plantea interesantes preguntas sobre las técnicas de transporte de los primeros migrantes en el continente. Además, se ha observado que muchas de las huellas humanas alrededor de las marcas de arrastre parecen ser de niños, lo que sugiere que estos pequeños acompañaban a los adultos mientras transportaban sus pertenencias.
La doctora Sally Reynolds, quien forma parte del equipo de investigación, destacó la importancia de estos hallazgos: “Cada descubrimiento que hacemos en White Sands contribuye a nuestra comprensión de la vida de las primeras personas que se asentaron en América. Estas fueron los primeros migrantes que viajaron a América del Norte, y comprender más sobre cómo se desplazaron es vital para poder contar su historia”.
Este descubrimiento no solo proporciona una nueva perspectiva sobre la tecnología de transporte en la prehistoria, sino que también plantea preguntas fascinantes sobre las habilidades y la vida cotidiana de los antiguos pueblos que habitaron América. Con cada nuevo hallazgo, continúan desafiando y enriqueciendo nuestra comprensión de la historia humana en el continente.
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