Qué nos deja el desabasto energético
Por: Alberto Velasco Vera
Luego de casi un mes de que inicio el desabasto de gasolina en la zona metropolitana de Guadalajara y de vivir los días más críticos en lo que fue el problema, pareciera que desde el jueves 24 de enero comenzó la regularización en el suministro del hidrocarburo en las estaciones de servicios.
A partir de la semana pasada y en lo que fue el fin de semana, se comenzaron a ver más estaciones de servicio surtiendo de gasolina con menos filas de vehículos y los tiempos de espera más razonables (entre 10 y 20 minutos), que comparados con las horas que implicaba abastecerse del producto, no es nada.
Qué lección nos deja el desabasto:
1. Nos vimos obligados a racionar el uso del vehículo. Muchas familias y conocidos decidieron utilizar el llamado “auto sardina”, aprovechando la austeridad de la gasolina y así poder cubrir los traslados.
2. Uso de la bicicleta. Quienes son asiduos a este medio de transporte no sufrieron ni padecieron la pérdida de tiempo haciendo fila, ni el estrés de si me va a alcanzar el combustible, por el contrario, disfrutaron de sus paseos o traslados con menor carga vehicular en las calles.
3. Mejora ambiental. Al haber menos vehículos en circulación, como se dejó ver en las dos semanas pasadas, los traslados en carro fueron más rápidos y menos estresantes, lo que contribuyó a la mejora ambiental en los días pasados, aliviando las contingencias ambientales de inicios de año.
4. Hay quienes aprovecharon el transporte urbano o utilizaron vehículos de plataformas y de alquiler para optimizar la gasolina de sus vehículos, quienes, durante la crisis del energético, no utilizaron su medio de transporte.
5. La actividad física. Al parecer muchos y me incluyo, nos vimos obligados a realizar actividad física, al caminar ciertas distancias, algunas cortas y otras de consideración, obligados en cierta forma a cumplir con nuestro propósito de inicio de año.
6. El turismo cayó considerablemente en el Estado a decir de las autoridades gubernamentales.
Qué nos queda por hacer ante el desabasto:
1. Organización. Debemos ser una sociedad más organizada, respetuosa y sobre todo disciplinada. En esta crisis quedó de manifiesto en ciertos casos la prepotencia y el abuso de poder de las personas con tal de adquirir, de la forma que sea, la gasolina.
2. Uso de bidones. Aunque no es lo más recomendable, a pesar de las advertencias de la autoridad y de protección civil, no existen los mecanismos idóneos para trasladar de manera particular, el producto. Existe maquinaria que funciona con gasolina o diésel y que no es posible trasladarla, sino mas bien hacer llegar el energético para que estos sigan funcionando y trabajando, las bolsitas que se supone en las estaciones deben de vender, brillaban por su ausencia.
3. Transporte público. A pesar de que fue uno de los medios que más se usaron para abatir el problema de los traslados, nos damos cuenta de que no están preparados para una contingencia mayor, requerimos más y mejores vehículos, ya que lo que tenemos son caros y no dan el servicio que se debiera, falta exigencia de la autoridad sobre el transporte público, que cumpla sus compromisos como cada que solicitan aumento. Vimos filas para abordar y largos tiempo de espera.
4. Los gasolineros, demostraron falta de organización para asumir una crisis como la que se presentó, fue hasta días después que comenzaron a asumir el control de sus estaciones de servicio, racionalizando el servicio a 500 pesos ó 25 litros, aunque también se dejó ver que por una dádiva o a veces con precio extra, podías llenar tu vehículo sin problema, otros más condicionando la compra de un aditivo para poder recibir el servicio a “tu gusto”. Los despachadores serán quienes más extrañen el desabasto.
5. Nos dimos cuenta que las diferentes marcas de gasolineras, no importaban sus productos, sino que todo el producto era comprada a Pemex, haciéndonos creer que comprábamos gasolina de mejor calidad que la que tenemos.
6. La autoridad. Pareciera que el Gobierno del Estado, encabezado por Enrique Alfaro, se la pasó haciendo berrinches y responsabilizando al Gobierno federal del desabasto de gasolina, en lugar de emprender acciones con las que siempre amenazó pero que nunca dijo cuales. Eso sí, siempre apoyando la lucha contra el huachicol. Nunca hubo acciones concretas como las que realizaron otras entidades como Guanajuato, quienes importaron gasolina de los Estados Unidos para abatir el rezago de gasolina. No fue sino hasta la semana pasada que el Gobernador de Jalisco anunció una planta de almacenamiento en San Juan de los Lagos, para hacer frente a futuras crisis, misma que según dijo estará lista en dos años.
La lucha contra el huachicol ha dejado de manifiesto que existe una red de corrupción e impunidad entorno a Pemex y su sindicato, si bien es plausible la acción de atacar el robo de hidrocarburo y de hacer frente a la delincuencia organizada, aunque ello conlleve el daño colateral, afectando a los ciudadanos, empresas, comercio y turismo; los daños de estas acciones ilegales han sido cuantiosos para la Nación.
El General Homero Mendoza, jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, informó que a la fecha existen en el país mil 684 tomas clandestinas, de las cuales tienen 293 localizadas en diferentes ductos, y mil 22 aún no localizadas, además de 369 perforaciones ilegales no reportadas; estas cifras son para dar un panorama de lo que acontece en el país, como un derecho a la información.
Pero también un derecho a la información sería conocer el nombre de los directivos de Pemex y del Sindicato, nuevos y pasados, que contribuyeron al saqueo de la gasolina de la paraestatal, y que en complicidad con la autoridad en los tres niveles de gobierno, hicieron y han hecho de esta una actividad comercial ilegitima, pero de grandes ganancias económicas. Será mejor que el actual Gobierno Federal dé a conocer esos nombres porque de lo contrario, dará pie a creer que solo es un reajuste o un reacomodo en el negocio del huachicoleo.
