El Gobierno de Cuba indultó a casi 800 presos por razones humanitarias en respuesta a una petición del Papa Francisco a varios jefes de Estado, dijo el martes un comunicado oficial publicado en los medios de prensa estatales de la isla.
«El Consejo de Estado de la República de Cuba, en respuesta al llamado del Papa Francisco a los jefes de Estado en el Año Santo de la Misericordia, acordó indultar a 787 sancionados», dijo el texto publicado en portada en Granma, diario del gobernante Partido Comunista de Cuba.
El Gobierno comunista había otorgado el perdón a 3.522 presos antes de que el Papa Francisco visitara Cuba en septiembre de 2015, entre ellos a personas de más de 60 años de edad, jóvenes menores de 20 años sin antecedentes penales y enfermos, entre otros.
A principios de este mes durante una misa especial del Jubileo dedicada a los presos en la Ciudad del Vaticano, el Papa pidió a las autoridades considerar la posibilidad de llevar a cabo un acto de clemencia a favor de los prisioneros que podrían ser considerados para otorgarles indultos.
«Esta es una medida muy sabia en el sentido de que la prisión no debe ser solamente un castigo por la pena merecida de los que han cometido delitos», dijo el Monseñor Dionisio García, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
El también Arzobispo de Santiago de Cuba dijo por teléfono a Reuters que además es «una oportunidad para que las personas puedan ser rescatadas (…) en un momento oportuno de revisar las sentencias y necesitan sentirse estimulados para recobrar su libertad».
Un comunicado del Consejo de Estado de Cuba señaló el martes que en este nuevo proceso se tuvieron en cuenta las características de los hechos por los cuales fueron sancionadas las personas, la conducta durante el cumplimiento de la sanción y el tiempo extinguido de la pena.
«Igualmente, por razones humanitarias, también se incluyeron en este indulto a mujeres, jóvenes, enfermos y otras categorías», dijo el texto, que no especificó que significa «otras categorías».
Cuba sostiene que no tiene «presos políticos» en sus cárceles y los califica de «contrarrevolucionarios» al servicio de las potencias extranjeras.
En enero de 2015, poco después de que La Habana y Washington anunciaron que trabajarían conjuntamente para relanzar sus relaciones tras décadas de hostilidad, el Gobierno cubano excarceló a 53 presos que Estados Unidos consideraba «políticos».
