Fernanda Melo, diseñadora de modas de talla internacional, aseguró que la comunidad mazahua del Estado de México es tan fuerte como su cultura y su arte, como su cosmovisión y su arraigo a la tierra, sin embargo, en el aspecto artesanal “no ha encontrado los canales adecuados para dar salida a sus obras, sobre todo, textiles”.
Consciente de lo anterior, Melo imparte actualmente y de manera gratuita el curso-taller “Moda con alma mazahua, inspirada en la cultura” en el que orienta a 80 artesanos, entre hombres y mujeres, de tres municipios mexiquenses sobre cómo conservar sus métodos de producción ancestrales e iconografía, pero añadiendo nuevas técnicas, telas y diseños.
Entrevistada por un medio nacional en ocasión de la oportunidad extraordinaria que esos mazahuas recibe gracias al trabajo conjunto realizado por el Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM), y ella como especialista en moda textil, dijo que “la idea es abrir mercados nacionales e internacionales a esos bellos productos”.
El proyecto, explicó, está dividido en tres grandes faces: La primera es de “Vinculación y fortalecimiento”, en la que realizan investigaciones sobre el tema y su desarrollo histórico e importancia social, al tiempo que crean enlaces con instituciones como el IIFAEM para crear un diagnóstico sobre lo que han hecho, lo que hacen ahora y lo que se puede lograr.
Un segundo segmento de esa acción benéfica consiste en focalizar la vestimenta mazahua en sus bordados, diseños, telas y confección, con la intención de promover que cada vez más personas utilicen esas piezas, si bien no de la manera como la utilizan los mazahuas, sí de forma estilizada y menos nacionalista, pero con el espíritu y alma de sus creadores.
En México hay grandes diseñadores, quienes están desarrollando trabajos sorprendentes, pero lo lamentable es que de pronto se vuelve ropa de “fantasía”, o son prendas costosas; hay diseños que por lo profuso de los bordados, por la cantidad enorme de horas-trabajo y el número de personas que interviene en su elaboración, necesariamente son muy caras.
A lo anterior, Melo añadió que esas piezas cumplen con los más rigurosos estándares de la alta costura, sin embargo, son tachadas por los consumidores como simples artesanías, y por lo mismo no están dispuestos a pagar lo que valen, por eso, otro pilar de esta acción es diseñar esas piezas de manera más sencilla para abatir costos y llevarla al gran público.
“Ya estamos preparando una primera colección, en la que también están orfebres plateros para crear los accesorios con la filigrana de su trabajo artesanal, eso hará que cada prenda sea vistosa pero aterrizada en precios accesibles, de tal forma que serán dos líneas: Una casual, artesanal para todos, y otra con toda la laboriosidad que define a estos artesanos”.
Tras subrayar lo anterior, la entrevistada destacó que con el respaldo de la Secretaría de Turismo del Estado de México y de las autoridades municipales de Villa de Allende Villa Victoria y San Felipe del Progreso, se proyectaron estudios de mercado para adecuar los precios que puedan ayudar a los artesanos a presentar productos dignos, a precios dignos.
Enfatizó al decir que con proyectos como este que tiene como sede el Centro Ceremonial Mazahua de San Felipe del Progreso, desde el pasado 9 de marzo, con duración de seis meses, se apoya la economía y el bienestar de las comunidades indígenas, a la vez que se preserva la valiosa identidad como parte del patrimonio intangible y colectivo mazahua.
La experiencia acumulada durante 18 años, en los cuales Fernanda Melo ha trabajado con diversas comunidades indígenas del país, le dictan y hacen ver que “la mazahua tiene una inmensa cantidad de sueños y anhelos”, por lo que la diseñadora internacional no ha oído, hasta hoy, un “no puedo” de ningún ser de la comunidad; por eso los guía gozosamente.
Entre otros objetivos se pretende que esos ochenta “embajadores” del primer proyecto de este tipo por sus dimensiones, alcances y características, repliquen todo lo que aprendan entre los demás miembros de sus comunidades, es decir, parientes y amistades dedicadas a la actividad artesanal textil y orfebre, para que el presente afán perviva mucho tiempo.
Maquinaria, mesas de trabajo, maniquíes, capacitación, clases de creatividad impartidas por una profesora de origen alemán, sesiones de corte y confección, y otras actividades y apoyos, son dados a los 80 mazahuas que actualmente se capacitan con la entrevistada al frente del proyecto y quien además, les imparte orientación valiosa en torno a los diseños.
“Se trata de un equipo enfocado en fortalecer a la zona mazahua del Estado de México no sólo en el rubro de su producción artesanal textil, también se le otorgan mecanismos para su desarrollo humano, funcionalidad de la equidad de género y orgullo de su identidad; el margen de edad va de los 18 a los 65 años de edad, tanto hombres como mujeres”, anotó.
Nacida en la Costa Chica de Oaxaca, Fernanda se siente, sin embargo, “una ciudadana universal”, porque la herencia de sus ancestros, en donde hay chinos que emigraron, lo mismo que nigerianos que llegaron a México en calidad de esclavos, además de indígenas y españoles, hace que por sus venas corra sangre que se identifica con todo el universo.
Esa diversidad cultural en ella, como en todo México, la motiva a observar a los grupos indígenas del país de una manera diferente al modo como las observan los demás, por eso alista la siguiente etapa del proyecto, que es la “Capacitación técnica” donde se van a enfocar en los nuevos diseños que habrán de dar paso a la fase principal, la de “Diseño”.
Uniendo patrones estéticos, formas, técnicas y materiales que han sido transmitidos de generación en generación desde tiempos ancestrales, con modernas técnicas en materia de promoción y mercadotecnia, de este proyecto saldrán, entre otras cosas, “una pasarela en donde luciremos una colección de 18 piezas producto del curso-taller”, concluyó Fernanda Melo.
