La historia de dos jóvenes mexicanos liberados tras su detención en el centro de inmigración Alcatraz de los Caimanes, en Florida, ha puesto en evidencia presuntas condiciones de maltrato y negligencia en ese establecimiento. Los hermanos Carlos y Óscar Alejandro González, quienes fueron detenidos en julio pasado, regresaron a México sin enfrentar cargos y con sus documentos en regla, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
El proceso de liberación se llevó a cabo tras gestiones con autoridades locales y federales, que facilitaron la salida voluntaria de los jóvenes durante el fin de semana. Sin embargo, el padre de los detenidos, Martín González, denunció públicamente que sus hijos sufrieron abusos durante su estancia en el centro, que fue inaugurado en julio pasado por el expresidente Donald Trump y tiene capacidad para aproximadamente tres mil personas.
En una rueda de prensa, González relató que sus hijos fueron sometidos a condiciones inhumanas, incluyendo que no les permitían comer y que, en ocasiones, estaban encadenados de pies y manos cuando recibían alimentos. “No es un trato que ni un animal merece”, expresó el padre, quien además mencionó que los jóvenes fueron obligados a firmar documentos sin conocer su contenido, y que no les regresaron sus visas estadounidenses, aunque sí les entregaron sus pasaportes mexicanos.
Los hermanos fueron detenidos en Orlando por agentes de tránsito por conducir con vidrios polarizados en su automóvil. Carlos González, quien contaba con una visa de turista en vigor, y su hermano Óscar Alejandro, casado con una ciudadana estadounidense, quedaron bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras su detención. Ambos pagaron fianzas por un delito menor, pero permanecieron en prisión durante varias semanas.
El cónsul de México en Orlando, Juan Sabines, hizo un llamado a la precaución para los mexicanos que circulan en territorio estadounidense en vehículos con vidrios polarizados, debido a las posibles implicaciones legales. Mientras tanto, los jóvenes se encuentran en proceso de recuperación en México, en un estado de shock, según informó su abogada, Andrea Reyes.
Este caso ha suscitado cuestionamientos sobre las condiciones en los centros de detención en Estados Unidos y la atención que reciben las personas migrantes en esas instalaciones. Las autoridades mexicanas continúan investigando y vigilando la situación de los connacionales detenidos en el extranjero.