En medio de un escenario de creciente tensión con Rusia, los países europeos han intensificado sus inversiones y estrategias de seguridad, adoptando medidas que van desde la ampliación de bunkers y kits de supervivencia hasta el aumento del gasto en defensa nacional. La percepción de una posible escalada del conflicto en Ucrania ha llevado a las naciones del continente a prepararse para escenarios bélicos de mayor alcance.
Diversos gobiernos, como el de Alemania, han anunciado incrementos en su presupuesto militar, con el objetivo de destinar hasta un 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) a defensa. Asimismo, la OTAN, a través de su secretario general, Mark Rutte, ha establecido metas de inversión para los países miembros, proponiendo destinar al menos 3.5% del PIB en gastos militares y 1.5% en seguridad más amplia para 2032.
El Reino Unido, por su parte, ha anunciado la construcción de hasta 12 submarinos de ataque y una inversión de 15 mil millones de libras en su programa de armamento nuclear, además de la creación de nuevas fábricas de municiones, en respuesta a lo que califican como una amenaza cada vez más seria y imprevisible, comparable a la época de la Guerra Fría.
Finlandia, país que comparte frontera con Rusia, ha decidido aumentar su gasto en defensa hasta al menos un 3% del PIB para 2029. La nación cuenta con una extensa red de refugios subterráneos que puede albergar a casi toda su población en caso de una invasión, una infraestructura que ha despertado interés en toda Europa.
Estos refugios, construidos para resistir explosiones, radiación y sustancias tóxicas, están equipados con instalaciones que incluyen piscinas, gimnasios y parques de atracciones, y pueden convertirse en centros de protección civil en menos de 72 horas. La presencia de estos espacios de protección ha sido visitada por figuras internacionales, como el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y la pareja real danesa, quienes recorrieron los túneles del refugio de Merihaka en Helsinki.
La Unión Europea también ha recomendado a sus ciudadanos preparar un kit de supervivencia para 72 horas, en previsión de posibles crisis como apagones, desastres naturales o conflictos bélicos. Países como Suecia, Finlandia y las naciones bálticas han difundido manuales para instruir a la población sobre cómo actuar ante un ataque aéreo, cómo explicar la guerra a los niños y cómo evitar caer en la desinformación digital.
El incremento en las capacidades defensivas y las medidas de preparación en Europa reflejan un momento de alta incertidumbre, en el que las autoridades buscan garantizar la seguridad ante una posible escalada del conflicto en Ucrania y la percepción de una amenaza rusa que altera la estabilidad regional e internacional.
