El Parlamento Europeo ha hecho un llamado contundente a la Comisión Europea para establecer un marco regulatorio que limite los riesgos asociados a las criptomonedas, en un contexto marcado por la inminente reelección de Donald Trump, quien ha mostrado un interés particular en legitimar este tipo de activos digitales, incluso creando una criptomoneda con su propia efigie.
Durante un debate celebrado en Estrasburgo, los eurodiputados expresaron su preocupación ante la falta de una normativa unificada a nivel internacional sobre criptomonedas, destacando que este vacío regulatorio puede poner en peligro la protección del consumidor. El comisario europeo de Asuntos Internos y Migración, Magnus Brunner, recibió estas inquietudes, mientras se discutía la necesidad de normas globales que regulen adecuadamente el sector.
Brunner subrayó que la Unión Europea ya cuenta con un marco pionero a través del reglamento MiCA, pero insistió en que es fundamental continuar avanzando hacia una mayor claridad jurídica. El eurodiputado Markus Ferber, del Partido Popular Europeo, advirtió que la ambición de Trump de convertir a Estados Unidos en un «capital de las criptomonedas» pone de manifiesto la urgencia de establecer un marco normativo internacional que garantice condiciones equitativas para todos.
La situación es compleja, y otros eurodiputados, como Jonás Fernández del grupo socialista, manifestaron su pesimismo ante la posibilidad de colaborar con la administración estadounidense en este ámbito, sugiriendo que es crucial enfocar esfuerzos en fortalecer la protección del consumidor en Europa.
Desde la extrema derecha, Pierre Pimpie calificó a las criptomonedas como «activos fantasma» y «juguetes tecnológicos» que fomentan la especulación, mientras que la eurodiputada polaca Magdalena Malag subrayó la necesidad de un equilibrio en la regulación que no limite el desarrollo del mercado.
Por su parte, Stéphanie Yon-Courtain, eurodiputada liberal, reconoció el potencial de inversión que ofrecen las criptomonedas, pero advirtió sobre la necesidad de evitar que se conviertan en un «territorio de defraudadores». Rasmus Andresen, de los Verdes, fue aún más contundente al señalar que el riesgo de blanqueo de capitales en el ámbito de las criptomonedas supera al de las divisas tradicionales, alertando sobre la creciente influencia de los «criptofanáticos» en la administración de Trump.
Finalmente, Pasquale Tridico, eurodiputado de la Izquierda, instó a adoptar una postura firme frente a las criptomonedas, enfatizando que la independencia de Europa depende de ello y abogando por el desarrollo de una estructura de pagos digitales que respalde un euro digital seguro.
A pesar de las críticas, René Aust, de la extrema derecha, defendió la libertad de las criptomonedas, argumentando que la mayoría de las actividades ilegales se realizan en monedas tradicionales. La Eurocámara se enfrenta a un desafío crítico en su intento de regular un sector en rápida evolución, mientras la influencia de Trump añade una capa adicional de complejidad.
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