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¿Está en marcha un golpe de Estado técnico?

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Por: Luis Arturo Jiménez Castillo

El pasado 12 de marzo, el presidente de la República expresó lo siguiente: “Quién sabe que está opinando la gente que los trae así, tan nerviosos [a la oposición]. ¿Van a dar un golpe de Estado técnico? ¿Van a hacer un fraude electoral desde los tribunales, desde el Poder Judicial?”. En más de 170 ocasiones se ha mencionado el término “golpe de Estado técnico”, pero ¿A qué se refiere? Se trata de la obtención o de la retención del poder mediante mecanismos legales -por ejemplo, con decisiones judiciales o con cambios en la Constitución-, evitando así los métodos violentos tradicionales, pero socavando o manipulando el proceso democrático, de manera sutil aunque significativa. ¿La oposición tiene la fuerza necesaria para ejecutar un plan de esta magnitud?

Definitivamente no.

Pero en política no hay coincidencias y existen elementos que no pasan desapercibidos: la intentona de ampliación de mandato de Jaime Bonilla -con el visto bueno de la entonces Secretaria de Gobernación-, proyecto a la postre declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación; al poco tiempo, el intento de ampliación de mandato de Arturo Zaldívar como presidente del máximo Tribunal del país; la imposición -revestida de legalidad- de personas con sincronía ideológica tanto en la propia Corte como en organismos autónomos, para controlarlos o volverlos inoperantes; los planes “A” y “B” -y ahora el plan “C”-; la omisión del Senado de la República para realizar los nombramientos de magistraturas pendientes para los Tribunales Electorales, Salas Regionales e incluso de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación –en este momento sin quórum para calificar la elección presidencial, y que se resolverá mediante la integración de un Magistrado local, pero ¿Quién? y ¿Con qué ideología?-.

Adicionalmente y ya en el Proceso Electoral 2023-2024, el uso de las encuestas como mecanismo de influencia, que lejos de ser un ejercicio demoscópico, en su conjunto tienen como fin crear una realidad a modo. En este sentido, Julio Hernández López –columnista afín al presidente López Obrador-, lo explicó en 2006 de la siguiente manera: “Los poderes amafiados siguen tejiendo historias virtuales donde convergen encuestas tramposas, colusión de medios, promoción de miedos y discursos presidenciales facciosos (…) esa agresión contra el sentido común, esa pretensión de imponer a golpe de medios una visión artificial está agravando enconos y provocando reacciones sociales imprevisibles” (https://www.jornada.com.mx/2006/05/04/004o1pol.php).

Pareciera que estamos viendo la interacción de los engranes de una maquinaria. Sin embargo, esta estrategia necesita un escenario que la arrope, que la justifique ¿Qué sucederá si el 2 de junio en las urnas, se expresan un voto oculto, un voto de castigo y se activa el voto útil que en conjunto, ordenen el cambio de rumbo del país? ¿Se respetará el resultado o viviremos un golpe de Estado Técnico?

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