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Esper, ¿otro funcionario congelado por diferir con Trump?

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El rechazo del secretario estadounidense de Defensa, Mark Esper, a usar al Ejército para contener a los manifestantes que protestan por la muerte del afrodescendiente George Floyd, es un capítulo más de su difícil relación con la Casa Blanca.

El tercer jefe del Pentágono en los tres años y cuatro meses de la actual administración del presidente Donald Trump se suma a otras muchas divergencias entre el titular de la Oficina Oval y sus colaboradores inmediatos, algo pocas veces visto en la historia estadounidense.

El mandatario amenazó la víspera con enviar miles y miles de soldados en activo, respaldado por una ley de 1807, para controlar a los manifestantes que reclaman por la muerte de Floyd a manos de un policía que lo arrestaba en la norteña ciudad de Minneápolis, el pasado 25 de mayo.

Pero Esper, en conferencia de prensa este miércoles, dijo que no existía una situación que justificara el recurso de las tropas, el cual en todo caso debería ser el último medio a emplear.

La divergencia parece ser un cambio en la situación de quien llegó al cargo el 23 de julio de 2019 en reemplazo de Patrick Michael Shanahan, un cambio obligado por problemas familiares, que a su vez sustituyó al primer secretario de Defensa de la administración Trump, James N. Mattis.

El actual jefe del Pentágono cuenta con credenciales más que suficientes para el cargo. Se graduó en la Academia militar en 1986 y luego avanzó académicamente en las universidades de Harvard y George Wasington. Asimismo, estuvo en servicio activo por 20 años en el Ejército.

Esper vio fortalecida su situación en el marco del asesinato con drones del jefe del cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani, tras su arribo al aeropuerto de Bagdad el pasado 3 de enero, justo hace cinco meses.

En ese momento fue el jefe del Pentágono quien salió a argumentar ante los medios el ataque y no el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien por tradición da la cara en este tipo de situaciones, señalaron especialistas en política y defensa estadounidenses a la especializada Foreingn Policy.

A principios de año, las conversaciones telefónicas entre Trump y Esper eran casi cotidianas. En las fotografías donde se ve a la plana mayor de la Casa Blanca viendo el ataque con drones en Bagdad, Esper aparece junto al mandatario, mientras Pompeo estaba a dos asientos.

La duda entre observadores es si el vínculo entre Esper y Pompeo, construido durante su paso por la Academia de West Point, de cuya promoción de 1986 forman parte, no ha soportado las tensiones del poder.

El funcionario de Defensa, de 56 años de edad, no tiene agenda propia y ofrece al presidente un menú de opciones para lograr sus objetivos, señalaron a la referida publicación funcionarios militares.

En sus primeros meses de gestión, ha trabajado al interior del Pentágono haciendo reformas y buscando ahorros, y esforzándose por que el foco militar estadounidense ya no sea el Medio Oriente, sino el Pacífico.

Su declaración de este miércoles sorprende sobre todo porque apenas el pasado enero quienes describían al doctorado en Políticas Públicas lo percibían como un excelente administrador, no un rupturista ni agente de cambio.

En todo caso, según la cadena CNN, tras la cercanía de enero, parece que se abrió una grieta entre Trump y Esper, pues sus concepciones de lo que debe ser el Ejército difieren.

En ese contexto, más que Pompeo, sería el actual Consejero de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, quien ahora comprendería mejor la perspectiva militar del mandatario.

O’Brien llegó a su posición actual apenas dos meses después que Esper a la suya, en reemplazo de John Bolton, cuyas ideas también difirieron de las del mandatario.

La divergencias de visión entre el asesor de Seguridad Nacional y el secretario de Defensa brotaron por el caso Floyd, pues mientras el jefe del Pentágono condenó la manera en que murió el afroamericano, O’Brien acusó a radicales de azuzar las protestas.

Son violentos y radicales militantes antifacistas quienes vienen al amparo de la noche, cruzan las fronteras estatales, usan estrategias militares e incendian nuestras ciudades, dijo al programa de entrevistas políticas de ABC This Week el pasado domingo.

Considerando la línea de «Ley y Orden» que ha adoptado el mandatario, la suerte de Esper parece sellada. Seguiría en el cargo por el momento político electoral que vive Estados Unidos, pero en virtual congelamiento, como ha sucedido a otros funcionarios que difieren de Trump, acotó CNN.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2