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ERROR Y CONSECUENCIA

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Por: Salvador Cosío Gaona

Los políticos de la coalición gobernante de Alemania, en respuesta al atentado de la semana pasada en Berlín, pidieron dar más poder al Estado para deportar a demandantes de asilo potencialmente peligrosos que no hayan sido aceptados en el país.
Tras el atentado contra un mercado navideño en el que murieron 12 personas, la canciller Angela Merkel, quien según los críticos ha puesto a Alemania en peligro con su política migratoria de puertas abiertas, prometió introducir nuevas normas en caso de ser necesario.

El supuesto agresor, el tunecino de 24 años Anis Amri, era un demandante de asilo que había evitado la deportación tras ser rechazada su solicitud.

Como ya se sabe, el autodenominado “Estado Islámico” (Daesh) reivindicó la autoría del ataque cometido hace una semana en Berlín. El atentado responde a «los llamamientos a atacar a los ciudadanos de los países (que integran) la coalición internacional» que actúa contra el Daesh en Siria y en Irak. Los episodios violentos y de suma crueldad ocurridos recientemente en Berlín, Alemania y Ankara en Turquía, están ligados al terrorismo y a los grupos yihadistas y ambos eventos bárbaros se suscitaron con apenas diferencia entre sí de poco más de 4 horas y aún no cedía el estupor provocado por el asesinato del embajador ruso Andreï Karlov y casi de inmediato ocurrió el atentado en el mercado ambulante de Navidad de Berlín y aunque fueron 2 actos crimínales con métodos y fines muy diferentes, parecen consecuencias directas del estancamiento del conflicto sirio y de las fuerzas que se enfrentan en relación a él.

En Ankara, la capital del golpeado Turquía, el agente policial identificado como Mevlüt Mert Altintas abatió arteramente al diplomático ruso evocando la situación de Alepo. Hay que analizar que desde hace varios meses, Alemania es objetivo del Daesh, sobre todo por el apoyo militar que ha venido otorgando el gobierno alemán a la coalición internacional contra el yihadismo radical.

Si bien el gobierno turco acusó el martes por la noche a la red del predicador Fethullah Gülen de estar “detrás” del asesinato del embajador, los atentados de Berlín y Ankara parecen las dos caras de una misma moneda. El atentado contra Andreï Karlov es apreciado como un intento de desestabilizar al extremo las de por si complejas relaciones bilaterales entre Turquía y Rusia, el Presidente Ruso Vladimir Putin dijo: “El crimen cometido es una provocación destinada a perturbar las relaciones ruso-turcas”, punto de vista que también comparte el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Hay que recordar que al grito de “Allah Akbar” (Dios es grande) y citando en árabe a “los que han mostrado lealtad a la yihad”, el asesino de Andreï Karlov adoptó el léxico de los yihadistas que resisten en Alepo.

La postura ambigua de Turquía hacia Siria llevó a una crisis abierta con Rusia cuyo culmen fue el ataque de un avión militar ruso sobrevolando el espacio aéreo turco. En esa época, Putin acusaba a Erdogan de proteger el tráfico de petróleo de Daesh. Después de esta escalada, y al día siguiente del fracaso del golpe de Estado en Turquía este verano, las relaciones se normalizaron entre los dos países; hasta el punto de que la evacuación de Alepo, la negociaron hace varios días Turquía y Rusia. Sin embargo, el presidente turco defendía una línea contradictoria a la de Rusia en el tema del dossier sirio (e incluso intentó presionar a Putin sobre la suerte de Alepo).

Erdogan, deseoso de la salida de Bashar Al-Assad (y favorable a la instauración de un régimen sunita hacia el que Rusia es hostil), está en una segunda fase de pactos con Rusia y ha desorientado a varios miembros del partido AKP (islamo-conservador). Estos últimos siempre han defendido a los sunitas, es decir, a los islamistas de Alepo, frente a las tropas del régimen. Además, las fuerzas de Bashar Al-Assad están respaldadas por “consejeros militares” iraníes a cargo de los combatientes del Hezbolá libanés aliados de Assad (y, por tanto, chiítas).

Las manifestaciones en Estambul contra Rusia e Irán y en apoyo a Alepo, indican que los partidarios entusiastas del AKP están ahí, el asesino de Andreï Karlov (diplomático que representaba a la Rusia que combate con los chiítas) adoptó el léxico del Frente Fatah Al-Cham, los yihadistas que resisten en Alepo (antiguo Frente al-Nosra). Cabe destacar que este asesinato tuvo lugar la víspera de un encuentro crucial sobre Siria entre los jefes de la diplomacia de Rusia, Turquía e Irán. Además, la bandera alemana fue situada arbitrariamente en la provincia de Al Raqa (feudo del Estado Islámico), teniendo en cuenta que Alemania sólo realiza operaciones de reconocimiento contra el EI.

Mucho antes del atentado de Berlín reivindicado por Daesh, Alemania estaba ya en el punto de mira de Daesh. Desde principios de 2015, se produjeron sobre suelo alemán varias agresiones aisladas ligadas al yihadismo, en ese “país cruzado” del que hablaba Fabien Clain en el mensaje con el que reivindicó los atentados del 13 de noviembre en la sala Bataclan de París, ese país al que quería atacar igual que a Francia, por lo que, de hecho, eligió un día de partido entre Francia y Alemania.
Las veces en que los terroristas pasaron al acto en Alemania, la inteligencia estadounidense había advertido sobre el peligro de un ataque contra un mercado de Navidad en suelo alemán. Pero, ¿por qué razón Alemania (que no tiene un Ejército propiamente dicho) está en el punto de mira? Aunque la armada alemana no participe directamente en los bombardeos a las posiciones del Estado Islámico en Siria y en Irak, está implicada, en efecto, en su funcionamiento. Un día después de los atentados de Bataclan, los diputados alemanes aprobaron masivamente el despliegue de fuerzas de apoyo a las operaciones llevadas a cabo por la coalición en Siria (básicamente, aeronaves de reconocimiento y abastecimiento para respaldar la aviación enviada por Francia o Estados Unidos). También hay soldados alemanes que participan en las tripulaciones internacionales de los aviones AWACS de la OTAN (con base en Turquía).

Otro elemento que vincula este suceso al conflicto sirio: Alemania amparó el año pasado a más de un millón de solicitantes de asilo, entre los que se encuentran un buen número de personas que huyen de la Siria de Bashar Al-Assad (está más que demostrado que este último recibe apoyo de Rusia). Cabe recordar que Bashar Al-Assad instrumentalizó a los yihadistas del Estado Islámico para aparecer como el único escudo contra el peligro islamista.

Tras la muerte del tunecino Anis Amri, acusado de ser el autor del atentado del pasado lunes en Berlín, Alemania reabrió un viejo debate sobre la necesidad de endurecer las medidas de seguridad en el país y agilizar las expulsiones de los refugiados cuyas peticiones hayan sido denegadas. En el debate sobre las consecuencias políticas se trata también la cuestión de si incluir a Argelia, Marruecos y Túnez en la lista de países seguros de origen, lo que provocaría que los ciudadanos de esos países no pudieran presentar una solicitud de asilo y se agilizaría su expulsión.

En tanto ello se discute, la Policía de Berlín ha detenido este miércoles a un tunecino bajo sospecha de haber mantenido contactos con el presunto autor del atentado contra un mercado navideño de la capital alemana, Anis Amri. Las fuerzas de seguridad han efectuado un registro en el domicilio y comercio del sospechoso, un hombre de 40 años, tras lo cual ha quedado detenido.
La pista de una supuesta relación entre este tunecino y Amri, de la misma nacionalidad, se estableció tras detectarse unas comunicaciones entre ambos. La Fiscalía Federal, competente en asuntos de terrorismo, ha confirmado su detención en un comunicado: «El difunto Anis Amri había guardado en su teléfono móvil el número de este ciudadano tunecino de 40 años. Las investigaciones permiten pensar que podría estar relacionado con el atentado». Vale recordar que Amri cayó abatido por la Policía italiana en Milán, después de que en un control rutinario se le requiriese la documentación y éste disparase con su pistola contra uno de los agentes. Según las informaciones en curso, el presunto autor del atentado viajó a Holanda, luego a Francia y finalmente a Italia.

Según se van conociendo los detalles que rodean a Amri, que en un vídeo divulgado el viernes jura lealtad al ISIS, la indignación aumenta en Alemania. El periódico Die Welt informaba de que la inteligencia de Marruecos había advertido a su contraparte alemana del peligro que suponía. Los marroquíes lanzaron dos alertas (el 19 de septiembre y el 11 de octubre), en las que advertían de la disposición del tunecino a cometer un atentado. Marruecos creía que el terrorista tenía contactos con dos militantes del ISIS en Berlín, uno de ellos marroquí.

Los hechos ponen en graves apuros a las agencias policiales y de inteligencia alemanas. El viernes, la canciller Angela Merkel reconoció que el Gobierno “examinará estrechamente” si, a la luz de lo sucedido, hay que emprender reformas legales. La canciller pidió a los ministerios del Interior y Justicia que hagan un análisis exhaustivo del atentado, en conjunto con sus colegas regionales y los servicios secretos. Y es que lo ocurrido en Berlín se suma a otros graves fallos de las autoridades alemanas, como el caso de un joven afgano, detenido como sospechoso de violar y matar a una adolescente que, como se supo después, había sido condenado a 10 años de cárcel en Grecia, de donde se fugó mientras estaba de permiso para ir a Alemania. Son casos que, además, involucran a migrantes o refugiados, lo que añade todavía más presión a la criticada política migratoria de Merkel.

@salvadorcosio1
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