El cantante español Enrique Bunbury interrumpió recientemente uno de sus conciertos en Ecuador, en el marco de su gira Huracán Ambulante, debido a lo que consideró una interferencia excesiva por parte de los asistentes que grababan con sus teléfonos móviles durante la presentación.
Un video difundido en redes sociales muestra el momento en que Bunbury detiene la interpretación de una canción para dirigirse directamente a un espectador que, con el brazo extendido, sostenía un teléfono grabando la actuación sin cesar. En su intervención, el artista expresó su malestar por la presencia constante de dispositivos en los eventos en vivo.
Previamente a la gira, Bunbury había manifestado su postura respecto al uso de celulares en sus conciertos, solicitando en varias ocasiones a sus seguidores que limitaran la grabación para favorecer una experiencia más auténtica y participativa. Sin embargo, el incidente en Ecuador evidencia que esas instrucciones no siempre son acatadas por el público.
Durante la presentación, el artista se detuvo al percatarse de que un asistente en primera fila mantenía encendido su teléfono en posición de grabación, lo que motivó la reacción del músico. En un fragmento viral en plataformas como TikTok, Bunbury expresó su frustración con palabras contundentes: “Todo el puto concierto con la puta cámara. Y yo entiendo, de verdad entiendo la locura a la que hemos llegado, pero si estás en primera fila seguro que hay mucha gente a la que le gustaría estar ahí disfrutando, conectando y participando en el concierto”.
El cantante añadió que esta conducta afecta tanto a los artistas como a quienes asisten con la intención de vivir la experiencia en tiempo real. “Ustedes dejan de participar por el hecho de tener un teléfono y ustedes incomodan y hacen que el concierto sea peor”, afirmó antes de abandonar la interpretación de la canción y proseguir con el resto del espectáculo.
Este episodio ha reavivado el debate sobre el uso de teléfonos en eventos en vivo, destacando las tensiones entre la necesidad de documentar los momentos y la importancia de mantener la atención en la experiencia directa. Bunbury, por su parte, ha enfatizado que la distracción provocada por las grabaciones afecta la conexión emocional tanto del artista como del público, y que en ocasiones esa interferencia puede perjudicar la atmósfera del concierto.
