Por: Luis Alberto Barajas
Experto en ventas B2B y Networking empresarial
Uno de los poemas que mejor expresan la importancia de demostrar el agradecimiento es el de Ana María Rabatté llamado “En vida hermano, en vida”. La primera parte de este poema es mi favorita:
“Si quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho…
díselo hoy, sé muy bueno
en vida, hermano, en vida…”
Me gusta mucho este poema puesto que nos hace conscientes desde el hecho de que todos moriremos algún día y de que no tiene sentido demostrar agradecimiento si esa persona ya no forma parte de este mundo. En mi caso, mi madre más de alguna vez me lo ha dicho e inculcado, sin embargo, creo que pocas veces he expresado el profundo agradecimiento que tengo para todas y cada una de las personas que han estado y están presentes en mi vida. En esta columna trataré de expresar por primera vez mi agradecimiento a todos y cada uno de mis clientes.
Gracias querido cliente:
Celebro el día que decidiste confiar en mí y en mi trabajo depositando no solo tu dinero, sino la fe y certeza de que iba a poder resolver tu problema o cubrir esa necesidad que tuviste el día que nos conocimos. Especialmente quiero darte las gracias con el corazón en la mano puesto que siendo tan joven e inexperto decidiste jugártela conmigo, sé que nunca te imaginaste que, debido a esa acción, se sembraría en mí una auténtica pasión para emprender y desarrollar negocios.
Gracias por darme la oportunidad de tocar tu puerta por primera vez a pesar de ser un completo desconocido para ti y con ello abrir mi mente para entablar una conversación en donde ambos pudiéramos salir beneficiados. Me alegra pensar que muchas veces no tuviste ni siquiera una idea muy precisa de lo que te vendía, pero decidiste confiar en mi persona para sacar adelante tu proyecto y tu negocio.
Agradezco infinitamente que me hayas enseñado a negociar, que me hayas permitido con tu negativa de inversión a mejorar mi tolerancia a la frustración.
Me siento complacido porque me hiciste ver mis errores y fallas en la entrega de mis productos o servicios, me demostraste que operar desde la excelencia siempre trae grandes dividendos.
Te reconozco por ser mi inspiración, por darme una idea muy clara del empresario que quería ser en un futuro. Me enseñaste a soñar en grande y a pensar que sería muy difícil ser como tú más no imposible, puesto que, con tu calidez y sencillez, me mostraste que yo también tenía la capacidad de conseguir grandes logros en mi vida empresarial.
Recuerdo tus primeras recomendaciones, esas que me hicieron brincar de alegría, me llenaron de motivación y autoconfianza al pensar que solo tenía que entregar lo prometido y las referencias llegarían en automático. Querido cliente de verdad cuando me recomendaste en aquella ocasión pensé que mi negocio iría sin duda hacia arriba, gracias por sembrarme tanta fe.
Me siento profundamente agradecido cuando decidiste no invertir más en mi empresa porque como dicen por ahí: “nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”. Ese sentido de pérdida y desplazamiento interno, me hizo estar muy consciente de la importancia de brindar un excelente servicio y las garantías necesarias para cumplir la promesa de mi marca.
Gracias querido cliente por tantas alegrías y tantos aprendizajes, prometo entregarte mi máximo compromiso y ser responsable de todas mis acciones y resultados.
A todos y cada uno de mis clientes actuales y futuros mil gracias. Recuerda siempre que:
“Tú serás muy venturoso
si aprendes a hacer felices,
a todos los que conozcas
en vida, hermano, en vida…”
Ojalá que después de leer esto te hayas inspirado a agradecer a tus clientes también y si todavía sientes que no tienes nada que agradecer, cuéntame ¿cómo te puedo ayudar? Escríbeme a [email protected]